“Hay dos amores a los que no puedo olvidar, son mis padres que en la gloria están”, esta es la letra de una improvisada canción que Rosita, la habitante más antigua del asilo de ancianos de Portoviejo, interpreta mientras borda un trozo de tela.
Esta dama, oriunda del sitio Correagua, tiene 14 años viviendo en la residencia geriátrica, y allí conoció el amor nuevamente, tanto así que está pensando casarse con uno de sus compañeros, al que no identificó. Cuando le preguntan si es cierto del romance, se ríe, da respuestas evasivas, pero no “suelta prenda”. Al final llora, pero no se sabe si de alegría o por alguna pena que sólo ella conoce.
El director del centro, Patricio Macay, comenta que Rosita está enamorada desde hace algún tiempo; el galán se dedica a pedir limosna en el hospital, y regresa al asilo al caer la tarde.
Sobre la posible boda, señaló que está preocupado porque Rosita tiene cáncer, y tanto las autoridades del asilo como la familia de la novia han intentado persuadir a la pareja en sus intenciones, pero nada han logrado, y al parecer el matrimonio se realizará en una fecha que aún no ha sido decidida.
La vida en el asilo
En la casa geriátrica habitan 65 adultos mayores, de los cuales 57 son internos y 8 son ambulatorios (sólo llegan a comer). Todos fluctúan entre los 65 y 92 años.
Entre los internos se encuentra el legendario futbolista Marcial Astudillo, quien llenó de gloria a Liga Universitaria de Portoviejo.
Dentro del asilo existen las áreas de terapia ocupacional y rehabilitación; en la primera es donde los adultos mayores realizan trabajos manuales que después comercializan, mientras que en el otro espacio realizan ejercicios con la ayuda de terapistas.
Néstor Palma, responsable de esta área, explicó que la rehabilitación física es importante porque ayuda a que recuperar la movilidad.
Recursos
Hasta este año, el asilo de ancianos recibió 6.000 dólares anuales por parte del Municipio de Portoviejo, pero ahora el director del asilo propondrá que en vez de dinero les compren equipos como camas hospitalarias, marcapasos, sillas de ruedas, lámparas y coches ortopédicos. El monto de las compras equivaldría a la misma cantidad de dinero.
Macay explicó que el Ministerio de Inclusión Económico y Social (MIES) asignó este año 1,80 dólar para la comida de cada uno de los residentes, pero que existe la posibilidad de incrementar el rubro, tomando en cuenta que los ancianos necesitan tratamiento especial para sus dolencias.