"Ningún elemento permite por ahora vincular este crimen con las actividades de Givonaldo Vieira", declaró RSF en un comunicado en el que subrayó que no se puede excluir el móvil político "teniendo en cuenta la influencia sobre la vida local que tenía este director de un medio de comunicación".

La organización por la libertad de prensa recordó que el noreste de Brasil, afectado por el narcotráfico y el crimen organizado, sigue siendo una "zona de riesgo para la prensa".

"Esperamos que la movilización personal en este caso del gobernador de Pernambuco, Eduardo Campos, facilite una rápida progresión de la investigación", agregó RSF.

El asesinato de Givonaldo Vieira, padre de dos hijos, "presenta todas las características de una ejecución ordenada", agregó RSF, que insinuó que el periodista podría haber "molestado a algunos políticos locales", ya que dirigía un programa de crítica cara a cara de la administración municipal.