Basados en tradiciones y antiguas señales, que han pasado de generación en generación, César Chumo y Federico Vera, del sitio La Laguna de la parroquia Charapotó, dicen que el próximo invierno será lluvioso, a diferencia del pasado que fue de apenas dos meses, y ha ocasionado pérdidas y angustia en la región.
Según los experimentados campesinos, rigiéndose por lo que les inculcaron sus abuelos y padres y que no les ha fallado antes, el próximo invierno será excelente porque la lombriz de tierra está más grande y gorda.
Igualmente, dijeron que otra manifestación es que el agua subterránea se la encuentra a menor profundidad. "Los pozos de los que nos abastecemos en esa zona son más superficiales, ya no tenemos que excavar mucho porque el agua está encima", dijo Vera. El florecimiento de árboles como el ceibo y la palma africana también son determinantes dentro de las creencias populares.
Carlos Véliz, un agricultor del cantón Pichincha, considera que si esas manifestaciones auguran un invierno favorable para la zona de Rocafuerte, en su zona también están a la espera de un invierno de fuerte intensidad.
"Por ejemplo, el árbol de guayacán y el ceibo han florecido tres veces, lo que permite creer que el invierno llegará de golpe", manifestó Véliz. Igualmente dijo que la palma africana está dando el doble de frutos que el año pasado, y eso, a su entender, le permite creer que habrá un buen invierno.