Tras una reunión entre el alcalde de Portoviejo y las fuerzas vivas de varias parroquias del cantón y de comunidades de Rocafuerte, se suspendió el paro en contra de la construcción de las lagunas de oxidación de San Plácido.
Pasadas las once de la mañana de ayer, el alcalde Humberto Guillem llegó a la parroquia Abdón Calderón, ahí, junto a los concejales Ludys Valdiviezo, Patricio Roca y Mario Fidel Suárez, escuchó el pedido de los habitantes de dicha parroquia, de Alajuela, Riochico, Crucita y de la dirigencia de Resbalón, del cantón Rocafuete.
El pedido fue unánime: que se suspenda la construcción de la laguna de oxidación del alcantarillado de San Plácido.
La mencionada obra fue contratada en la anterior administración, y según la dirigencia de las comunidades que están aguas abajo del río, en cuyas cercanías se prevé la construcción de las lagunas de tratamiento, se oponen a la construcción porque ello provocará contaminación.
"La construcción de las lagunas estaba prevista en el sitio La Jigua, a escasos 26 metros del río y es a lo que nos oponemos porque ello desembocará en una terrible contaminación, indicó Antonio Macías", dirigente de la parorquia Calderón.
Pablo Párraga, dirigente comunitario del sitio Resbalón del cantón Rocafuerte, intervinó públicamente y argumentó, entre las razones para pedir que se suspenda la construcción de las lagunas, que la Constitución confiere el derecho al buen vivir, y eso significa que el ser humano tenga equilibrio con su comunidad y la naturaleza y que alcance una mejor calidad de vida.
Finalmente, el alcalde accedió al pedido y se comprometió a buscar el financiamiento para una planta compacta residual. La gestión se hará ante el Miduvi.
El documento o acta de compromiso mediante la cual se suspendió el paro la firmó el alcalde.