La señora se llama Ruby Mejía Cardona, y se compadeció  de Tommy el 1 de agosto de este año cuando salía de comer de la Quinta San Juan con unos parientes que viven en Portoviejo.
Ante el deplorable estado del perro, Mejía lo llevó a la clínica veterinaria Integral Vet, donde empezó una tarea ardua para recuperarlo. El veterinario Juan Carlos Farfán, quien se hizo cargo, indicó que Tommy llegó desnutrido, golpeado, con parásitos, con un problema de páncreas y afectado por garrapatas y pulgas. Explicó que tuvieron que hacerles exámenes de sangre, radiografías, ecografías, vacunarlo, desparasitarlo y someterlo a terapias físicas  y psicológicas. Todo esto sin la presencia de su protectora, quien regresó a Holanda, pero que actualmente  está en Portoviejo para llevárselo este domingo.

Requisitos
Farfán indicó que arreglar la partida del Tommy no ha sido nada fácil, ya que han tenido que cumplir con requisitos como la implantación de un chip de identificación, certificación de las vacunas e inclusive con un examen de anticuerpos contra la rabia que se hizo en Estados Unidos. Se calcula que la recuperación ha costado cerca de 2 mil dólares.
Ahora Tommy emprenderá una nueva vida a casi 10 mil kilómetros de donde nació y estuvo a punto de morir a corta edad, de no ser por la extranjera que le brindó su amor y que ya le tiene lista una jaula nueva, una almohada grande y mantas para que no le dé frío en el viaje a Holanda que emprenderá este domingo.

No hay interés
El veterinario manifestó que casos como el de Tommy hay cientos en la provincia, pero no hay una entidad ni muchas personas que se preocupen. Además dijo que existe una ley de tenencia y manejo responsable de mascotas, que habla de chips de identificación, creación de un lugar para proteger a perros callejeros, entre otros aspectos, que deberían ser responsabilidad del Ministerio de Salud, municipios y Ministerio de Agricultura, pero lamentó que ni siquiera haya el interés de difundir el reglamento.
Finalmente, Farfán dijo que hay otros ejemplos, como el que se da en la parroquia Crucita, donde extranjeros están rescatando perros en mala condición y financian su recuperación.