En Guayas, El Oro, Manabí y Los Ríos se edifican anexos para proteger a las personas damnificadas
La cercanía de la etapa invernal desempolva problemas de antaño, en especial para aquellas poblaciones rurales en la región Costa que, debido a la presencia de fuertes lluvias, sufren las consecuencias de la crecida de los ríos y, en algunos casos, la pérdida de sus viviendas que por encontrarse en tierras bajas se inundan. Ante este panorama, cada año, las escuelas aledañas se convierten en albergues improvisados. Pero para la próxima etapa invernal, los establecimientos tendrán una nueva alternativa.
Para socorrer a quienes pierden sus hogares se crearon las Escuelas Seguras Multifuncionales, espacios anexos, en edificios escolares, que funcionan como albergues o refugios temporales, destinados a poblaciones afectadas por situaciones de emergencia. No obstante, una vez superada la urgencia, funcionan como lugares de gestión comunitaria (para dar charlas o talleres).
Hace más de un año, en las provincias de Guayas, Manabí, Los Ríos y El Oro, el Ministerio de Educación, en conjunto con la Unicef y Fundación Ecuador, trabaja en la remodelación, construcción y equipamiento de este tipo de escuelas. Además, elabora campañas de capacitación dirigidas a los habitantes de los sectores rurales de estas provincias.
La iniciativa nace a raíz de la fuerte temporada invernal de 2008, en la que alrededor de 240 familias, de las cuatro provincias que integran este plan, tuvieron que ser refugiadas en más de 60 establecimientos educativos, pues habían perdido sus viviendas a causa de las inundaciones. Ante esto se crearon espacios específicos para el alojamiento comunitario.
La subsecretaria regional de Educación del Litoral, Mónica Franco, indica que esta es una respuesta a los riesgos -que sufren las poblaciones de la región Costa- a causa de las inundaciones, en cada época invernal.
“Se llegó a la conclusión de que se tenía que construir sitios de acogida específicos, para las personas que habían sido afectadas por las inundaciones u otros tipos de catástrofes. A muchos habitantes se los ubicaba antes en salas de clases, deteriorando las instalaciones y retrasando el inicio del periodo escolar”.
El primer proyecto, llamado “Retorno a la Escuela”, consistía en garantizar el regreso a clases de los chicos y chicas, que habitaban en los lugares afectados por las lluvias de 2007. “Este plan tenía como finalidad que los chicos retornaran a sus actividades sin preocupaciones, luego de haber pasado por eventos casi traumáticos”.
De este programa se deriva la primera parte de las Escuelas Seguras Multifuncionales, en la cual el Ministerio de Educación construyó los 33 primeros módulos de albergues, con la ayuda de la Dirección Nacional de Servicios Educativos (DINSE), en una inversión aproximada de US$ 6 millones.
Para la segunda fase del proyecto, que se estima terminar a fines de este año, se cuenta con la colaboración de Fundación Ecuador y Unicef.
Con la ayuda de estas dos organizaciones se pudo financiar la contratación de los técnicos, para las evaluaciones de los locales, las especificaciones técnicas y los diseños arquitectónicos.
Una vez terminado los diseños de esta segunda parte, se acudió a la línea de inversión por canje de deuda, (Programa de Conversión de la Deuda Externa con España, con el fin de financiar proyectos de inversión social por un monto de US$ 50 millones, distribuidos para obras educativas, construcciones y demás) en la que se obtuvo la calificación del plan, para la construcción de 30 módulos más, en las unidades educativas, de las cuatro provincias incluidas, invirtiendo la misma cantidad que en la anterior.
“Estos refugios son construidos en establecimientos que, previo a una evaluación, son considerados como invulnerables por su ubicación, construcción, etc. Los módulos tienen una capacidad para 72 personas”.
En este proyecto se construyen dos tipos de módulos, uno que sirve para acoger a los damnificados, dotados de elementos básicos, como camas, colchones, sillas, etc., y el otro es el de servicio que cuenta con baños completos: lavamanos, duchas, urinarios y servicios higiénicos. Además, incluyen lavandería, cocina, comedor y bodegas.
Como parte también del plan, a inicios de este mes, se llevó a cabo una reunión con todos los directores de las escuelas, donde están edificados los albergues, con la finalidad de fortalecer las acciones y de establecer las condiciones del uso de los módulos.
En esta reunión participaron Franco y Rubén Aroca, consultor entre Unicef, la Subsecretaría de Educación y la Fundación Ecuador.
Aroca manifiesta que en este trabajo no solo se trata de construir los albergues, para enfrentar la emergencia, sino también de realizar un trabajo de capacitación, estudios y charlas dirigidos a los habitantes de los sectores considerados como vulnerables, de cualquier catástrofe.
El coordinador indica que estas capacitaciones se las imparte a los pobladores de los sectores rurales de Guayas, Manabí, El Oro y Los Ríos, con el objetivo de crear conciencia sobre el lugar del asentamiento de sus viviendas y al peligro que están propensas.
En estas charlas informativas se tratan temas para saber cómo deben reaccionar en caso de emergencia, a fin de prevenir las consecuencias de los efectos naturales.
“Es importante crear una conciencia en las personas, para prevenir el riesgo que se corre, a causa de las estaciones invernales o de cualquier desastre natural”.
Asegura, también, que los albergues fueron edificados en escuelas o colegios que se encuentran en las partes altas de las zonas escogidas por los técnicos de este plan.
“Estos pabellones se construyeron en los mismos establecimientos que han servido como albergues por mucho tiempo, lo único que se ha hecho es agregar a estos lugares elementos adecuados para habitar, en caso de cualquier emergencia”.
Eduardo Peñanete, rector del colegio técnico Vicente Anda Aguirre, del cantón Balsas, en la provincia de El Oro, indica que los albergues que fueron cimentados los realizaron en tres meses.
Manifiesta que los módulos de hospedaje se encuentran dotados de camas, colchones, sábanas, almohadas, colchas, y otros enseres.
Mientras que el local de servicio posee baterías sanitarias, divididas para hombres y mujeres -con rampas para personas con capacidades especiales- con sus respectivas duchas; espacio para el área de cocina, lavandería y uno de bodega.
Además, se entregan mesas, sillas, pizarrones, lámparas, escobas, desinfectantes, papel higiénico, fundas para basura, cocinas semi industriales, tanques de gas, ollas, platos, surtidores de agua, extintores y más.
Peñanete resalta esta labor, pues en las anteriores temporadas invernales no se había podido dar la debida acogida, ya que los perjudicados tenían que improvisar su estadía en aulas de clases que no son adecuadas o propicias para cobijarlos.
El rector agrega también que este proyecto compromete a los representantes de los establecimientos educativos a velar por el correcto uso de los espacios en situaciones de emergencia.
Peñanete afirma que los pobladores del cantón Balsas se preparan, desde inicios de este mes, con charlas en temas de orientación y prevención de consecuencias; además, a inicios de noviembre, se prepara un simulacro de emergencia con el fin de representar la forma en la que se tiene que actuar en caso de peligro, causado por cualquier acontecimiento.
La Secretaría Nacional de Gestión del Riesgo, a través del Comité de Operaciones Emergentes (COE), capacita y orienta a los habitantes de los sectores que intervienen en el proyecto de las Escuelas Multifuncionales.
Cabe resaltar que en las provincias el COE es presidido por el Gobernador y en los cantones por los alcaldes. Este comité también está integrado por la Defensa Civil, entidades públicas y privadas, nacionales e internacionales y por la participación voluntaria de las personas de los sectores rurales.
En las capacitaciones del COE se tratan temas como educación ambiental, recolección de basura (para no tapar las alcantarillas), cómo actuar en caso de emergencia, etc.
Las capacitaciones sobre desastres son dictadas en los recintos de Balsas, Naranjito, Vinces, Mocache, Baba, Chone, Rocafuerte, entre otros.
Luis Flores Villao, rector de la Escuela Nº 13 Baltazara Calderón, del recinto Rocafuerte, en el cantón Naranjito, manifiesta que en este establecimiento de educación se construyeron cuatro módulos: dos de albergues y dos de servicios.
Afirma que se escogió a la escuela porque cada vez que el invierno afecta a la zona, los habitantes del sector se refugian en el lugar.
Agrega que hace dos años se albergó a más de doce familias que habían perdido sus viviendas, a causa del desbordamiento del río Chimbo.
“Tuvieron que dormir en el piso, vivir en lugares que no eran apropiados y había mucha gente. Ahora, con esta obra, los refugiados serán mejor atendidos”.