El joven, de 22 años, coaccionaba ahora a sus víctimas a través de la conexión de su teléfono móvil, mediante recargas de prepago, ya que sus padres le habían cortado el acceso a Internet tras su primera detención. Se hacía pasar por una chica adolescente para engañar a sus víctimas y lograr que le enviasen archivos de contenido sexual.

Su primera detención

En octubre de 2008 se produjo la primera detención de este joven, identificado con las iniciales B.C.S., tras el requerimiento de las autoridades estonias. Entonces el joven detenido fue acusado de ciberacosar a menores de aquel país.

El detenido se hacía pasar por una chica adolescente para ganarse la confianza de sus víctimas, a las que acababa convenciendo para que le enviaran vídeos e imágenes de contenido sexual. En uno de los casos amenazó con difundir las imágenes de la víctima, una adolescente de 13 años. Después de chantajearla para que le enviara más material, cumplió su amenaza y difundió un vídeo suyo entre sus amigos.

En otro caso de los casos denunciados en Estonia, la presión fue tan fuerte que uno de los menores acabó suicidándose.

Tras localizar la procedencia de los correos, la Policía Nacional registró el domicilio del joven, en Puerto Real (Cádiz) y se incautó de diversos vídeos y material pornográfico, obtenidos mediante coacción, pertenecientes a más de 70 jóvenes, probablemente menores de edad, que, por sus rasgos, procedían del norte de Europa.

Tras su detención, continuó persiguiendo y acosando a nuevas víctimas, a las que proporcionaba su propia dirección y número de teléfono. En ocasiones, incluso llegó a hablar con los padres de los menores. Asumía pues que iba a ser detenido, pero su pulsión sexual era mayor que su miedo a la cárcel.

Amenazas desde el móvil

Después de su primer arresto, sus padres le cortaron la conexión a Internet, lo que, sin embargo, no frenó su carrera delictiva. B.C.S. continuó con sus coacciones a través de un móvil de prepago, con el que accedía al MSN Messenger. Ahora la Brigada de Investigación Tecnológica ha vuelto a registrar su domicilio y se ha incautado de un móvil y varias tarjetas SIM en las que aparecen los números de algunas de sus víctimas, así como varios mensajes amenazantes.