La presencia del astro rey tampoco impidió que miles de personas salieran a las calles Pedro Gual, Rocafuerte y avenida Universitaria, por donde fue el recorrido del desfile, para mirar el paso gallardo de los estudiantes.

Nadie quería perderse los detalles que presentaron las bandas de guerra y bastoneras, que en ocasiones pusieron a bailar a más un espectador. Para esto desde tempranas horas la gente salió a buscar el mejor y cómodo lugar para disfrutar. Sin embargo el sol cayó en gran parte de las personas que estaban en las veredas, quienes trataban de soportarlo poniendo sobre sus cabezas gorras, paraguas, hojas de periódicos, entre otros materiales.

La ciudadana Patricia Córdova, de la ciudadela Briones, no quiso pasar un mal momento y fue preparada desde su casa con un paragua y suficiente agua para hidratarse.

Los que no se quejaron del caluroso día fueron los comerciantes que vendían agua, helados u otro tipo de bebidas refrescantes, ya que sus productos fueron muy solicitados por los espectadores y por los mismos estudiantes que participaron en el desfile.

El comerciante de agua, Carlos Santana, indicó que su jornada fue redonda, ya que las más de 500 botellas de agua que llevó a vender se terminaron en pocas horas.

En la tribuna de honor que fue colocada en la calle Pedro Gual a la altura del centro comercial estuvieron el alcalde Humberto Guillén, los concejales, reinas e invitados especiales. No estuvo la Gobernadora de la provincia y menos alguna autoridad nacional.

El desfile que duró cerca de seis horas estuvo compuesto por cuatro bloques, en el que rindieron homenaje 43 instituciones educativas.

Pero no sólo los portovejenses disfrutaron. También llegaron personas de otros cantones y provincias para ser parte del festejo por la independencia. Cecilio Zambrano, de Junín, junto a su esposa llegaron temprano para observar el desfile. Zambrano indicó que cada le gustó y que piensa regresar el próximo año.