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Manabí
La casa de los Cachos: El imperio de las terapias

A sus 53 años, a Ramoncito Mendoza Intriago, le da lo mismo ser feliz que desgraciado. Hace ya varios años sufrió una experiencia traumática para todo ser: fue traicionado por su amada; sucedió en su casa, en el pintoresco recinto San Eloy, del cantón Rocafuerte.

Viernes 25 Septiembre 2009 | 15:24

Ramoncito cierra los ojos y los recuerdos se devuelven nítidos, aún se clavan como aguijones en su corazón y los huesos se le vuelven de espuma con las primeras imágenes pero aún así es valiente “yo regresaba de trabajar matando chanchos subí a la casa entré al cuarto y los encontré allí, a los dos: al que consideraba mi mejor amigo y a la traidora”.
Por un segundo se enloqueció. Salía del trabajo de matar chanchos y el filudo cuchillo negro y ensangrentado lo llevaba en el cinto; quiso cometer una locura pero en el último resquicio de cordura recapacitó, se retiró y dejó las cosas como estaban.
Aún furioso y con sed de venganza le contó la pena a uno de sus amigos de parranda conocido como Titi quien lo terminó de convencer “que no cometa una locura, que no valía la pena condenarse a la prisión” y mejor le propuso que a la traicionera la echara de la casa.
 

Crece la historia
Así lo hizo y para dejar una evidencia de la traición y que los traidores no se olviden de lo que hicieron, decidieron poner un cacho de vaca en la pared frontal de la casa, lo pintaron y con un hisopo de algodón empapado de pintura dibujaron el nombre: Ramón y más adelante la fecha de la traición.
Luego de varios días llegó un amigo a quien le llamó la atención el cuerno colorido y con letra fea y cuando preguntó el significado del mismo le contestaron que era el símbolo de la tragedia que había sufrido Ramoncito, el visitante se identificó con el caso y también decidió poner un cacho con su nombre; luego vinieron otros, la historia se repitió.  Han pasado más de 6 años del primer cacho y actualmente hay más de 100, la casa de Ramoncito ya no tiene espacio para acoger los adornos.
La filosofía popular inmediatamente bautizó a la vivienda como “la casa de los cachos” y con ese nombre le ha dado la vuelta al mundo.
  Ramón Mendoza, de pronto se convirtió en un personaje, medios de comunicación de todo el país, incluso uno del exterior han llegado para recoger su versión y la historia de la casa en donde siempre se reúnen quienes han pasado por alguna traición amorosa.
Un grupo musical creó una canción bailable de la historia y la casa de Ramoncito; la canción es un éxito en las campiñas manabitas donde lo bailan grandes y chicos. Ramoncito no le niega la historia a nadie porque dice que ya las heridas del desamor han cicatrizado.
Las personas que lo desean dejan escrito su nombre; algunos cuando van en carro dan tres pitazos, otros le dejan algunos dólares para que la casa de los cachos siempre luzcan bien pintada. También hay personas que por su propia cuenta llegan y dan nombres que no les pertenecen para jugarle una broma pesada a los amigos o amigas, por eso los dueños de la casa tienen mucho cuidado para no poner un nombre que no corresponde o que simplemente no quiere hacer pública su traición
  
Un club
Ante tanta fama, los asistentes a la casa decidieron crear el club de los traicionados; “Bucheli” como se identifica el secretario de esta singular agrupación, dijo que el trabajo de ellos consiste en escuchar a quienes llegan contando su infame historia, otra labor es ir a los camales de Charapotó y de Rocafuerte a buscar cachos, cada vez tienen más demanda, el día de la entrevista sufrían un déficit de 30 cachos.
Luego los pintan, les pone nombre y los pegan donde puedan, como ya no hay espacio en las paredes, debieron instalar troncos y más objetos para allí instalar los cuernos.

Las tardes y noches en la casa de San Eloy, los visitantes juegan barajas, se toman un trago y narran anécdotas, así entre trago y trago a Ramoncito, Titi, Bucheli, y otros visitantes les surgió una idea: hacer un gran desfile que convoque a cientos de personas.
La idea se regó como pólvora y ha calado en muchas personas quienes llegan hasta San Eloy a confirmar su asistencia al desfile el cual se realizará el 1 de noviembre a las 14h00; según Ramoncito, el presidente vitalicio del club, la marcha se iniciará desde su casa en San Eloy, pasará por las poblaciones de  Pasadero, Cañitas, Charapotó, Correagua y seguirá por Higuerón y Rocafuerte para dar la vuelta y regresar al centro de San Eloy donde en la noche habrá “un tremendo festival bailable, con orquesta” dijo Bucheli.
Para financiar el desfile y el baile muchos han puesto su contingente y recursos económicos; en la mañana que se realizó este reportaje pasaron varios vehículos especialmente buses inetrcantonales que hacían sonar el claxon en señal de apoyo y otros paraban para dejar algunos dólares y la fiesta se realice.
Los organizadores están muy animados, los asistentes también, ese día será histórico dijeron porque ese día entre alcohol, baile y farras muchos se van a burlar del sufrimiento que causa el desamor y los vericuetos del destino. 

   Novedosa forma de terapia
  El médico psiquiatra portovejense Roberth Loor, quien es un estudioso de la conducta de los manabitas ha seguido con interés este caso de comportamiento colectivo y lo considera muy novedoso.
Señaló que en psiquiatría toda infidelidad es una experiencia traumática, significativa y a veces vital por lo que una situación de esas genera alteración emocional, al punto de provocar ruptura de la normalidad psíquica y lo común es que los afectados presenten depresión, ansiedad, insomnio y otros malestares de la conducta, hay gente que se ha suicidado, otros que han asesinado al traidor o otros que no han recuperado la cordura.
Sin embargo a él le causa mucha curiosidad este caso, en el de San Eloy porque el afectado y las demás personas que se han identificado o pasado por una experiencia similar, lejos de presentar esas características, presentan otras totalmente normales y además de enfrentar el problema se burlan del mismo.
Dijo que eso se debe a que en el ser humano existe una estructura biológica instintiva para enfrentar estímulos externos de amenaza o agresividad “es una respuesta universal, condicionada ancestralmente, hemos aprendido a anticiparnos al agresor” dijo.
Agregó que cuando una persona sufre una experiencia traumática de ese tipo pero que encuentra la oportunidad de conversar y contar el problema a otros personas y sobre todo a quienes han pasado algo similar, obtienen alivio y sobre todo remisión de los más groseros síntomas o eventos psicopatológicos.
Ante eso, dijo, la “casa de los cachos” representaría una manera natural, sencilla y gratuita de eliminar la crisis emocional donde se refuerzan los mecanismos de defensa, en definitiva los asistentes a la esta vivienda han llegado sin saberlo y por un camino más corto a una terapia de grupo clásica y efectiva que los ha liberado de los síntomas ansiosos, progresivos  y obsesivos y más bien les eleva el auto estima, y todo aquello de forma gratuita.

 

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