En una videoconferencia transmitida en Quito desde Nueva York, Falconí rehusó detallar los temas que habló con su homólogo colombiano, Jaime Bermúdez, en los dos encuentros que han mantenido en esa ciudad, en el marco de la reunión de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

No obstante, reiteró que existe "una voluntad política de avanzar en un proceso de diálogo constructivo" bilateral y que ambas delegaciones aprovecharán su estancia en la ciudad estadounidense para reunirse en más ocasiones.

"Estamos delineando aspectos" de contenido y de procedimientos, pero se trata de "un trabajo aún inacabado", por lo que no quiso "adelantar la profundidad" de las conversaciones.

Subrayó que ambos países no plantean "aún una definición clara de acuerdos", sino que están "iniciando un proceso de diálogo que tiene que ir por etapas que vayan definiendo los contenidos, los mecanismos operativos y las instancias eventuales que podrían generar espacios" de encuentro.

Reconoció que "evidentemente" en la mesa de discusión "hay disensos" y que "no es un proceso fácil de solucionar", pero apuntó a que el diálogo "arrancó de forma positiva" y que creó "un clima de confianza positiva" que permite indicar que se puede "seguir avanzando".

"Lo que puedo decir en este momento es que hemos construido un clima positivo para generar un avance", recalcó.

También destacó que en el proceso de diálogo "ningún tema está vetado", porque es "una reunión franca, abierta, transparente, con todos los temas en discusión sobre la mesa".

Pero manifestó que "lo peor" que se podría hacer ahora es "adelantar" información sobre el desarrollo del proceso.

"Hay una voluntad de generar un claro compromiso de seguimiento" de las conversaciones y de "establecer claramente una hoja de ruta" para trabajar en conjunto, aseveró.

Afirmó que cuando acabe esta primera etapa "exploratoria, de acercamiento" entre ambas partes, precisará cuáles son los puntos de acuerdo y cuales los de disenso, pero no quiso aclarar más.

Además, pidió al "pueblo ecuatoriano" que sea "muy cauto" ante los resultados de la cita porque el problema no se va a solucionar "de la noche a la mañana ni con un apretón de manos, sino que es un proceso que hay que ir trabajando con mucha responsabilidad".

Ecuador y Colombia rompieron sus relaciones el 3 de marzo de 2008, dos días después de que el Ejército colombiano realizó una incursión en territorio ecuatoriano en un ataque contra un campamento de la guerrilla las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Desde que en agosto el presidente colombiano, Álvaro Uribe, reiteró sus disculpas a Ecuador por la incursión militar y su homólogo ecuatoriano, Rafael Correa, aceptara las mismas, se abrió un periodo de distensión en el intercambio de declaraciones que culminó con el encuentro del martes de los cancilleres.

No obstante, Ecuador ha condicionado la reanudación de las relaciones al cumplimiento de cinco requisitos que son los puntos básicos en los que la parte ecuatoriana sustenta las conversaciones.