Creo que el político ecuatoriano, en general, y el manabita, en particular, son "aborregados" y miopes por conveniencia y han demostrado con sus paupérrimas actuaciones un desamor por su tierra y una mezquindad de ideas que evidencian ignorancia y una gula desmedida por el dinero ajeno, o sea del pueblo. Como vivo en el exterior me ha tocado verlos cómo con un desparpajo atropellante gastan a manos llenas sus mal habidos recursos, y al preguntarles por la modorra aniquilante en la que se encuentra mi querido Portoviejo me dicen que "yo no fui"; mas, sin embargo, pasa el tiempo y todavía a mi pueblo no lo puedo llamar ciudad. También argumentan que yo opino así porque no vivo allá, y que estoy mirando los toros desde lejos. Pero les digo que leo los periódicos del Ecuador todos los días; y por la misma razón de haber estado en los graderíos y en la arena es que puedo ver la diferencia; y también por el poder de análisis que me da la muy buena educación que recibí en mi país antes que esta fuera secuestrada como botín de guerra por un partido político. Mi desdén por lo que nuestros "representantes" hagan o digan va en crescendo, especialmente por lo que diga (no por lo que haga) el copión de Carandolet. Muchas gracias por prestarle un minuto de su tiempo a este mensaje de un manabita que estuvo en las calles junto a Lutero tirando piedras y poniendo el pecho a las bayonetas. Ya basta de ser pusilánimes y llorar como niñas lo que no podemos defender como hombres, porque si no nos paramos viviremos acostados para siempre, y bocabajo, que es lo peor.