Ese parece ser el único lugar que le queda a Manabí para reclamar por su institucionalidad y derechos, porque si pensamos en el escenario jurídico o de representación, para evitar más afectaciones, como que no llegaremos a ningún lado y más bien seguiremos perdiendo instituciones y resignándonos a ser “patio de atrás” para las decisiones nacionales.
Es terrible ver cómo se va centralizando cada vez más al sector público en Montecristi en desmedro de la capital que es Portoviejo (tal como lo quiere la Senplades); es incomprensible que con un “decreto ejecutivo” se borre de un plumazo a un ente tan referencial del desarrollo de la región como es la CRM, que si bien es cierto amerita una investigación y fiscalización tan detallada de lo hecho en las últimas décadas, no resulta justo ni prudente que se la elimine porque con ella se va gran parte de la identidad e institucionalidad de Portoviejo y Manabí, que después tendrán que ir a “mendigar” a la Senagua en Quito por todo lo que necesitemos en materia hídrica.
Tampoco es comprensible que “manabitas por los cuatro costados”, y por el sólo hecho de ser parte de la “revolución ciudadana”, hagan el coro y ejecuten todo lo que piensan o digan los “jefes”, como en el caso del cierre de las canteras, que si bien es cierto deben respetar y proteger el patrimonio histórico y cultural no es menos cierto que son base fundamental para la generación de obras, trabajo y circulante que no debe perderlo la provincia.
Pero como las “decisiones están tomadas”, sólo queda al pueblo llano, y a los que tienen conciencia de la afectación que sufriremos con el “cercenamiento o desaparición” de instituciones, ir a las calles y sin miedo decir y reclamar porque no se afecte ni centralice más; y porque a quienes elegimos para que nos representen no sean más silentes o temerosos del actual régimen.
Deben el prefecto, los alcaldes, los entes gremiales y el pueblo consciente hacer urgentemente un análisis de la realidad de Manabí y actuar rápido frente a lo que acontece en la provincia; donde, de seguir como van las cosas, sólo tendremos “subsecretarías y delegaciones” de membrete que se allanan fácil y rápido a los “designios” superiores, cuando lo prudente es tener “poder en las manos” para avanzar en proyectos hídricos, en vialidad, en megapuertos y aeropuertos internacionales, sin dejar de mencionar refinerías o rutas intermodales.
Es hora de probar si los arriba mencionados están con Manabí o contra Manabí, porque si es lo primero ya debieran estar organizándose marchas y manifiestos y sin el temor de la represalia; pero si están en el escenario segundo, cuidado con que el pueblo los mida y en las calles también se pida “cuentas” a los que, por temor o favor, ahora están callados y calculando cómo no pelearse con el régimen y pasar de “agache” en este tiempo fundamental, para probar, una vez más, la valentía y altivez de los manabitas cuando de defender sus intereses se trata.
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