Lo que llama la atención es el respeto a la naturaleza, dejando a la vista del que cruza el puente un mechón verde de la naturaleza, entre cañaveral y platanales, identidad de nuestras huertas montubias. Aplausos, desde acá, para el Consejo Provincial de Manabí. Desconozco el proyecto en su conjunto y entiendo que será digno de ser visitado por los turistas, como los puentes de Frankfurt, donde da gusto ir con la filmadora o con una cámara fotográfica y plasmar los recuerdos. Portoviejo, como las demás ciudades manabitas necesita vías de penetración, avenidas, puentes, enormes espacios verdes, donde el platanal y los cañaverales sean una muestra viva de lo que significa nuestra identidad montubia. El puente en sí, no deja de ser un puente más, pero bien vale seguir esperando la terminación del proyecto para que el juicio crítico no sea acelerado y pequemos de imprudencia. Por lo demás, nuestro estrechón de manos a Mariano, y los Consejeros, que más allá de las ideologías políticas, quieren demostrar, como un puño, que son manabitas. La ciudad crece, indiscutiblemente, ahora vendrá el nuevo alcalde, pariente y ex discípulo, creativo pero sobre todas las cosas afirmado en su cantón natal, porque el nuevo alcalde Humberto Guillén Murillo, nació junto a las huertas de Chirijo, hoy flamante parroquia del cantón Portoviejo y en donde el curso de Río Chamotete, sigue siendo un himno de esperanza.