Y así es. Pero no sólo es el competidor que gana estrechamente en cerrada disputa, en encuestas cuestionadas. Que va. Su victoria es amplia, inobjetable, no deja espacio a la menor duda. En realidad le gana con muchos puntos: más de 25. Es que el uso obligatorio del dólar de los EE:UU en el Ecuador ha traído tantos beneficios, especialmente a los más pobres y a los asalariados, que ni los más fanáticos, obsecuentes y leales admiradores del Presidente y de Alianza País estarían dispuestos a cambiar sus dólares por cualquier moneda que se cree en el futuro. Y por esto es una moneda popular y gustosamente aceptada. Quizás habría alguna reflexión sobre el tema si es que se hablara de otra moneda que inspire igual o mayor confianza, como el euro o la libra esterlina. Y digo quizás, porque aún en ese caso, es posible que el dólar prevalezca porque EE.UU. tiene una historia de responsabilidad de más de 200 años. De esta realidad, no dudo ni un solo instante, el Presidente está enterado. Y tanto lo está que no se cansa de repetir, una y otra vez, que durante su gobierno se mantendrá el modelo monetario en vigencia a pesar de que no cree en el. Y claro, como es un hombre, según dicen, que se mueve por las encuestas, no tiene más remedio que aceptarlo. Pero el problema es lo que hace el gobierno para efectivamente para sostener la dolarización. Y en esto es que hay inconsistencia. Es que cuando disminuyen las remesas del exterior, a los precios de los productos exportables les ocurre lo mismo y no hay financiamiento internacional, como también lo ha dicho el Presidente cada vez que puede, hay menos dólares en la economía y si hay menos dólares hay contracción lo que genera crisis. Y cuando hay menos ingresos ¿qué es lo primero que se hace? Reducir los gastos y esto es lo que no se observa, al menos con la intensidad y en la medida que la crisis lo requiere. Se podrá decir que incrementar el gasto público es precisamente lo que están haciendo las economías en crisis. Pero esa receta la han aplicado los países del tercer mundo que han tenido reservas. Es decir aquellas economías que en su momento hicieron bien sus tareas. En América: Méjico, Chile, Brasil, Colombia, Costa Rica. Pero en un Ecuador sin reservas, la prioridad es salvar la dolarización a través de la reducción del gasto en burocracia, la priorización de obras públicas, la atracción de capitales, la búsqueda de préstamos y la promoción de las actividades que generen dólares. Y sobre todo, confianza a raudales. El asunto es que haya más dólares en la economía para que empiece la recuperación ya.