Esta labor humanitaria, que es reconocida por la comunidad, se inicia cada tarde, a partir de las 14h00, allí los chicos son recibidos por dos profesoras contratadas, Ligia Gómez y Rocío Bustillos, quienes los guían en los deberes escolares mientras que en la biblioteca de la institución, Nixon Anchundia facilita los libros que los estudiantes necesitan para hacer consultas, manifestó Roberta Bassanelli, una de las tres misioneras que sirven en el centro pastoral. Además sirven Rina Amaini y Lelia Isastiendi. Después que los niños han hecho la tarea, a las 15h30 pasan a un centro recreativo que tiene cancha de indor y básquet, o se entretienen en otros juegos y se bañan en una pequeña piscina, además reciben un “bolo” como refrigerio, por todo lo cual pagan 20 centavos por día. Como complemento, cada viernes se les brinda una hora de catequesis para que crezcan como personas, pero también como cristianos, y se les proyecta una película con temas infantiles. La biblioteca atiende también las consultas de estudiantes de colegios y universidades.