Tuve la oportunidad, en 10 años de servicio en la Subsecretarìa de Recursos Pesqueros, de conocer esta actividad productiva; y, por tanto, me atrevo a exponer y sugerir lo siguiente: 1) El recurso sardina o pinchagua actualmente sufre una merma en su producción o capturas. 2) No tiene una regulación racional en sus áreas de faenas, y su arte de pesca no permite la extracción a grandes profundidades del océano; pero a los barcos pesqueros B/P sardineros se los penaliza con fuertes sumas de dinero si éstos pescan a ciertas millas de la costa hacia adentro. 3) El precio por tonelada que están recibiendo los armadores, a la entrega en planta procesadora de este recurso para su exportación ya enlatada, es tan bajo y paupérrimo, diría yo, que no se justifica con los costos altos de operación que tienen los dueños de dichas embarcaciones. 4) Fui invitado a una asamblea ampliada en el local de la Cooperativa de Pesca Artesanal Los Arenales, en el sector pesquero del mismo nombre, donde se expuso, de manera segura y frontal, que este fenómeno ocurre solo aquí en Manabí. 5) Pregunto: ¿Acaso las autoridades de los organismos involucrados en estos menesteres, no son los responsables de ésta injusticia que sufre el sector al recibir tan bajo valor por cada tonelada del recurso sardina? Sugiero que de manera urgente la SRP (Subsecretaría de Recursos Pesqueros) y el MAGAP ,en conjunto, regulen, con equidad en sus precios, esta actividad que cubre tanta mano de obra y pone a trabajaa a: armadores pesqueros, comerciantes y desvisceradores que son ejemplo de laboriosidad. Estoy seguro que el Sr. Presidente de la República no conoce de esta irregularidad y discrimen con este gran sector productivo. Ojala no se permita que esta actividad se extinga.