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Ramón Roberto Rivadeneira R.
El populismo y la libertad

Gobernar es mandar con autoridad o regir una cosa, es guiar o dirigir.

Martes 19 Mayo 2009 | 20:55

Populismo es el movimiento de masas sociales, carentes de proyectos y acaudilladas por jefes carismáticos, que obtienen fácil popularidad entre ellas halagando demagogicamente sus pasiones o exaltando sus resentimientos sociales. Es una doctrina política que pretende los intereses y aspiraciones de un pueblo. Caudillismo es el caudillaje o gobierno de un caudillo con habilidad de jefe carismático, que guía y manda a la gente conforme a su voluntad, sin atenerse necesariamente a ideologías o proyectos políticos partidistas; el caudillo basa parte de su éxito a la demagogia y al populismo exaltando los sentimientos y resentimientos de las masas populares explotadas, impreparadas, emotivas, inconscientes y desesperadas. La demagogia también es el estilo del gobierno que, en base de promesas falsas pero anheladas por el pueblo, busca halagarlo a sabiendas de la imposibilidad de cumplirlas o las inconveniencias de practicarlas con el propósito inmoral de obtener masivas adhesiones electorales, usando el engaño y abusando del poder popular. El término democracia significa gobierno del pueblo, pero ahora se constituye en un sistema completo y coherente de organización para gobernar, la que obliga al Estado y sus representantes a cumplir rigurosamente con 3 aspectos: democracia política, democracia económica y democracia social. La democracia lleva el más bello nombre que existe: igualdad. Pero se dice que esta igualdad sólo es teoría a pesar que es un derecho, pero no hay poder humano, que alcance a convertirla en hecho. Cuando sea posible hablar de libertad el gobierno dejará de existir. Hay muchos hombres que hablan de libertad pero muy pocos que en su vida se hayan consagradas a defenderlas. La libertad ha existido, más como privilegio de algunos, otras veces como derechos de todos. Porque la libertad es responsabilidad. Casi la mayoría de los hombres libres nada más desean conquistarla cada día. Si todos somos hijos de la razón no podemos pensar que estamos unidos a la ignorancia y que una determinada persona nos debe llevar donde ellos quieren, porque la ruina del ser humano es perder su naturalidad, perder su verdad. Una vez un sabio fue insultado delante de sus discípulos, uno de ellos le dijo: ¿Cómo es posible que se deje injuriar? En vez de responder, hizo otra pregunta: Si alguien se acerca a ustedes con un presente y ustedes no toman ese regalo ¿a quién pertenece el obsequio? Según un filósofo chino, la sociedad humana es como una laguna de peces, no pertenecía a nadie, era natural. Con el paso del tiempo los impulsivos líderes se apoderaron de ella, para atracar a los peces o envenenarlos con palabras o ideas estúpidas para acarrearlos y destruirlos. Si en las sociedades un individuo se ve como un pez de una laguna se limitará a evolucionar como un pez.
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