El film, protagonizado por Jason Statham, trata de unos ladrones que saquearon cajas de seguridad de un banco londinense. Éstas contenían dinero en efectivo y joyas. La historia del robo fue primera plana en los periódicos por varios días y después desapareció resultado de una nota emitida por el gobierno. En el film, un radioaficionado alertó a la Policía sobre el robo a un banco y un civil captó la frecuencia comenzando a grabar la conversación mientras intentaba comunicar sus sospechas a la policía. Un oficial decidió tomar en serio este reporte, y llamó a los policías que se encontraban en las cercanías para localizar la transmisión. La búsqueda se intensificó desde ese momento, la policía revisó 750 bancos en los alrededores del área de Londres. No fue hasta que el banco Baker Street abrió sus puertas para trabajar después del fin de semana que el robo fue descubierto. La pandilla, para cometer el delito, había construido un túnel de 13 metros de largo, construido desde el sótano, en una tienda de productos de belleza ubicada a dos puertas del banco, y pasaba por debajo de un restaurante. El suelo no se encontraba conectado al sistema de alarmas pues se creía éste era impenetrable. Ocho toneladas fueron excavadas y dejadas en la tienda cuando escaparon con el contenido de 268 cajas de seguridad. Con el tiempo, sólo cuatro hombres fueron capturados por estar en conexión a este robo.