Para ello es necesario dos pasos importantes; el primero conocer lo que plantean las teorías científicas al respecto y el segundo es desarrollar la observación para ir estableciendo relaciones entre lo que dice la teoría y cómo funciona la realidad. Los nuevos aprendizajes se logran cuando estos son incluidos entre los aprendizajes existentes, es como si usted tiene una colcha hecha de retazos, cada uno pegado a otro pero todos partes de un todo. En el plano mental, se ancla en las estructuras cognitivas existentes a través de algunas habilidades que posibilitan este anclaje. Cuando un conocimiento se ancla adecuadamente, este puede ser recuperado en el momento en que se requiera. Para consolidarlo, poseemos un repertorio de habilidades cognitivas, (observación, descripción, definición, clasificación, clasificación jerárquica, análisis, síntesis, evaluación), que van formando redes conceptuales, al ir relacionando un nuevo conocimiento con otro. Todo esto en el plano interno, mientras que en el plano externo, es el lenguaje el que permite la expresión del pensamiento; el que logra apuntalar los conocimientos. Es decir, si ante un tema determinado, el docente permite que se observe, se analice, se sintetice, se describa, se defina para luego verbalizarlo, que significa racionalizarlo, hacerlo conciente; esto facilitará el anclaje de conocimientos y permitirá un real aprendizaje.