Esta potestad que la Constitución les da a los adolescentes de entre 16 y 18 años de participar como electores a partir de los comicios de este domingo ha generado reacciones diversas entre quienes son hoy por hoy el gran atractivo de los candidatos, porque constituyen un conglomerado al que no es difícil llegar y muchos creen que se los puede convencer con facilidad. Hay quienes consideran que no han madurado suficiente para tomar una decisión. Sin embargo, una cosa es la que opinan los candidatos y otra los nuevos electores. Criterios diversos En Manabí son 45.135 los adolescentes que están registrados para el voto facultativo (4,39 por ciento del total del padrón), pero al no estar obligados muchos no irán a las urnas; otros esperan con ansiedad el instante de ejercer este derecho. Hay quienes se apenan de no tener 16 años. Tal es caso de Tatiana Anzules, de 14 años, alumna del colegio Alejo Lascano de Jipijapa, a quien le hubiera gustado poder votar. “Mi hermano quiere que vaya a votar y lo haga por uno de sus amigos, pero no estoy segura de hacerlo”, indicó Tatiana Mendoza, alumna del colegio Portoviejo. Rosita Giler del colegio Amazonas, en Chone, mencionó estar muy ansiosa de votar por los candidatos que a su criterio son la mejor opción y aseguró que no se dejará influenciar por nadie, y que los demás, incluidos sus padres, tendrán que respetar su decisión. No al proselitismo Pese a que el Código de la Niñez y la Ley Electoral prohíben la manipulación política en las aulas por parte de candidatos, maestros y hasta entre los alumnos, los actos proselitistas fueron evidentes dentro y fuera de los colegios y las universidades. Capacitación La Dirección de Educación entregó a los colegios públicos y privados, material electoral de prueba para que los estudiantes conocieran la forma en que deben votar. Shirley Cabrera, profesora de educación cívica del Colegio Mariana de Jesús, dijo que con plenarias y debates trabajaron con los estudiantes para que asuman la decisión de asistir o no a las urnas. Pese a todo, las dudas imperan. "Nos dicen que el voto es nuestro derecho, pero yo creo que los adultos no conocen el alcance de nuestra participación, porque siguen dudando de la capacidad que tenemos para tomar decisiones", comentó Marisol Cedeño, de 17 años, estudiante del colegio nacional Tosagua. Concientización Entre los adolescentes también hay veedurías. Ana Belén Caicedo ha crecido en la Aldea SOS de Portoviejo. Cree en la justicia como un derecho que les asiste a todos. Junto a integrantes de varias organizaciones juveniles de Manabí, han desarrollado una jornada de concienciación del voto en los adolescentes, para que todos lo ejerzan con pasión, responsabilidad y libertad, sin manipulaciones. "Estamos convencidos de que nuestro rol en la sociedad es primordial para su transformación y el voto es una manera de romper con los estereotipos que nos excluyen", dijo Andrés Mora, del Foro de la Niñez de Manta. VOTO ADOLESCENTE EN el mundo El voto facultativo para los adolescentes entre 16 y 18 años ha ido ampliándose como opción electoral en varios países, entre ellos, Austria, Brasil, Nicaragua y ahora Ecuador. En Nicaragua, cada año ingresan al padrón electoral entre 220.000 y 380.000 adolescentes, considerando que en total están empadronados 4 millones de nicaragüenses, que implican algo más del 4 por ciento de los electores. En este país las autoridades consideraron necesario su derecho a elegir y ser elegidos, con algunas salvedades de la ley, como el que un chico de 16 años no podría ser candidato a presidente de la República. En Brasil, los adolescentes representan un 7,8 por ciento de la opción de voto, según los últimos comicios electorales. Los austríacos se sumaron a esta corriente y en las elecciones del 2008, 183.000 jóvenes depositaron su papeleta dentro de los 6,1 millones de habitantes de ese país con derecho a voto, mientras que en Venezuela se discute esta posibilidad. En el resto de países latinoamericanos este derecho se ejerce desde los 18 años, salvo en República Dominicana, donde las personas que se casan antes de cumplir los 18 años ejercen sus derechos políticos, pero la ciudadanía les llega a los 21 años.