En el caso de Holguín, la sequía de más de un mes en la zona del recinto Las Piedras, de la parroquia Guale de Paján, le arruinó cuatro cuadras de un sembrío de arroz. “Los tremendos soles que cada día hacían y la falta de agua fueron determinantes para que la siembra se quemara, al arroz le salió la peste denominada gavilla, pero hasta allí llegó, ya no hay esperanza, ni así llueva nuevamente se salva la cosecha”, se lamentó este pequeño productor. Dijo que la inversión que hizo entre la preparación del terreno y los insumos utilizados supera los 800 dólares, y el cálculo que había hecho era que cada cuadra le produjera unos 30 quintales de arroz, de lo cual una parte la vendería y otra la guardaría para su consumo. De todo el arroz, solo cosechó un 10 por ciento, el resto se perdió por completo, y en un sembrío de maíz que hizo en otro pedazo de terreno, también por la falta de lluvias, se perdió el cuarenta por ciento, insistió. Ahora, frente a esta dura situación en la que se encuentra, ha decidido vender unas vacas para tener algo de dinero y así seguir subsistiendo con los suyos, “si en el campo tuviéramos agua para un reguío permanente y en todos los lugares los caminos sirvieran todo el año, nuestra situación sería diferente”, señaló al agradecer por una raciones alimenticias que recibió hace poco, gestionadas por el COE de Paján.