Náufragos del cielo: la odisea de tres aviadores perdidos en el Pacífico

Por 34 días, el océano fue su cárcel, su cacería y su esperanza. Esta es la historia real de tres hombres que naufragaron en el Pacífico y regresaron del olvido gracias al coraje, el instinto y la suerte.
Los tres militares estuvieron 34 días náufragos.
Los tres militares estuvieron 34 días náufragos.
Los tres militares estuvieron 34 días náufragos.
Los tres militares estuvieron 34 días náufragos.

Redacción

Redacción ED.

Era el 14 de enero de 1942 cuando el cielo sobre el Océano Pacífico comenzó a escribir una historia de supervivencia.

A bordo de un avión torpedero, el Mayor Harold Dixon, el operador de radio Gene D. Aldrich y el bombardero Anthony J. Pastula regresaban de una misión lanzada desde el portaaviones Enterprise. Lo que ignoraban era que ese sería su último vuelo, al menos por un tiempo.

Una brújula errática los condenó a la deriva. Sin coordenadas ni puntos de referencia, sobrevolaban un mar sin fin. El combustible se agotó. No quedaba una gota, y el comandante Dixon se vio obligado a amerizar. Milagrosamente, salieron ilesos del impacto en el mar, pero el destino aún no había mostrado su rostro más cruel.

El bote que inflaron los aviadores

El bote salvavidas, su única esperanza, no quiso colaborar. La bombona de dióxido de carbono que debía inflarlo falló, obligándolos a hacerlo a pulmón. Mientras el trío jadeaba por sobrevivir, el avión se hundía, llevándose consigo todo lo que podría haberles dado una ventaja. Quedaron solos: tres hombres, una balsa inflable de apenas metro y medio por dos y medio, y el océano.

No tenían comida. No tenían agua. Tenían, eso sí, una voluntad feroz. Alimentarse era una proeza: un ave posada en el borde de la balsa, un pez errante, unos cocos a la deriva. Beber dependía de las caprichosas lluvias. Cada sorbo, cada bocado, era una victoria.

Los tiburones y la comida

Pero el mar no da tregua. Al octavo día, despertaron rodeados de tiburones. Fue entonces cuando Aldrich, impulsado por un instinto casi animal, acuchilló a uno. Lo destriparon con manos temblorosas y encontraron, en su estómago, peces que también les sirvieron de alimento. El mar, de verdugo, pasó a ser proveedor.

El día 28, la suerte cambió. Pero no para bien. El hambre volvió. El sol, implacable. Los cuerpos, consumidos. La esperanza, tenue.

El viento los arrastró 1200 millas hasta una diminuta mancha en el mapa: Pukapuka, la entonces llamada Isla Peligro. Exhaustos, arrastraron sus huesos hasta una choza y se entregaron al descanso. Allí los encontró un isleño que, al ver sus rostros quemados por el sol y sus cuerpos devastados, les ofreció un coco como salvación. Luego partió en busca de ayuda.

Recibidos como héroes los náufragos 

Un hidroavión selló el milagro. A su regreso, los tres aviadores fueron recibidos como héroes. Dixon fue condecorado con la Cruz de la Marina, símbolo de su liderazgo y temple. Aldrich y Pastula recibieron distinciones presidenciales por su coraje indoblegable.

La historia de estos tres aviadores aparece en la novela The Raft (La balsa) de Robert Trumbull, publicada en 1942, y convertida en una película titulada Against the Sun (Perdidos en el Pacífico) de 2014. Hoy, aquella humilde balsa de goma descansa en el Museo Nacional de Aviación Naval en Florida. Testigo silente de una gesta donde lo humano desafió lo imposible. (10)

 

SÚMATE AL NEWSLETTER

Recibe todos los días el ranking de las noticias más importantes.

ÚLTIMAS NOTICIAS

Edición impresa

edición impresa

ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP

¡Noticias al instante!

Entérate de lo más importante, al momento.

ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP

¡Noticias al instante!

Entérate de lo más importante, al momento.

ÚLTIMAS NOTICIAS

Edición impresa

edición impresa

Noticias en la web

SÚMATE AL NEWSLETTER

Recibe todos los días el ranking de las noticias más importantes.

Edición impresa

edición impresa

ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP

¡Noticias al instante!

Entérate de lo más importante, al momento.

1$us/mes

No te pierdas nada OFERTA RELÁMPAGO