Mushuclandia, la versión de Disneyland: el sueño de Luis Alfonso Chango

Fundada en 1997 por Luis Alfonso Chango, la Cooperativa Mushuc Runa ha crecido desde una visión humilde en Ambato hasta convertirse en una institución con 285.000 socios. Chango tiene un nuevo sueño: se llama Mushuclandia
Luis Alfonso Chango dice que su cooperativa es un ejemplo de cómo un indígena administra una entidad financiera exitosa.
Luis Alfonso Chango dice que su cooperativa es un ejemplo de cómo un indígena administra una entidad financiera exitosa.
Luis Alfonso Chango dice que su cooperativa es un ejemplo de cómo un indígena administra una entidad financiera exitosa.
Luis Alfonso Chango dice que su cooperativa es un ejemplo de cómo un indígena administra una entidad financiera exitosa.

Redacción

Redacción ED.

Luis Alfonso Chango, un indígena de 22 años oriundo de la comunidad de Echaleche, comenzó su camino en el barrio Miraflores de Ambato observando casas con su esposa y soñando con construir una propia.

En 1978, recurrió a un préstamo de don Segundino, un prestamista local que cobraba un 10 % de interés mensual, reducido al 7 % por su amistad. Con ese dinero, aportes familiares y esfuerzo personal, levantó su primera vivienda, marcando el inicio de una visión que trascendería lo personal, recuerda en una entrevista en la revista Forbes Ecuador.

Dos décadas después, el 17 de diciembre de 1997, Chango fundó la Cooperativa Mushuc Runa tras superar trámites burocráticos y corrupción en la Federación Nacional de Cooperativas. Con 38 socios iniciales y un capital de seis millones de sucres –equivalente a unos pocos dólares tras la dolarización–, la cooperativa nació en el parque 12 de Noviembre de Ambato. Las primeras reuniones se realizaron con recursos mínimos: seis bancas de madera prestadas de una iglesia local.

Mushuc Runa contra la exclusión financiera

El nombre «Mushuc Runa» (hombre nuevo, en kichwa) reflejaba la intención de romper con la exclusión financiera que afectaba a los indígenas, quienes dependían de prestamistas usureros y trabajaban gratis para saldar deudas. Según Chango, la falta de educación y la autodiscriminación limitaban a su comunidad, que lo veía como un «hablador» sin apoyo inicial.

En 1999, el feriado bancario golpeó al país y amenazó con quebrar a la cooperativa, que entonces manejaba 150 millones de sucres y tenía 2.000 socios. La corrida bancaria llevó a Chango a vender sus propiedades para garantizar los depósitos y pedir personalmente a los socios que no retiraran sus ahorros. «La gente no confiaba porque otras cooperativas habían quebrado», relata. Su transparencia, al presentarse como «Luis Alfonso Chango, gerente general, vivo en Echaleche», se convirtió en un lema que generó credibilidad.

La llegada de la Fundación Swisscontact en 2001 marcó un punto de inflexión. Esta organización suiza brindó capacitaciones, asesorías y pasantías en Bolivia, Guatemala y Costa Rica, donde Chango obtuvo una maestría. «No sabíamos de indicadores financieros ni proyecciones, solo que no debíamos robar», admite. En ese año, los socios crecieron a 6.000 y el patrimonio alcanzó los 3.000 sucres.

Expansión y solidez de la cooperativa

Hoy, Mushuc Runa cuenta con 32 oficinas en las tres regiones del país y una nómina de 400 empleados, el 80 % indígenas. Hasta diciembre de 2024, su cartera de créditos sumó US$ 407 millones, con activos de US$ 630 millones y un patrimonio de US$ 82 millones, según datos de su portal web. En propiedades y equipos, la cooperativa registra US$ 21 millones. Pertenece al segmento 1 del Sector Financiero Popular y Solidario, reservado a entidades con activos superiores a US$ 80 millones.

El crecimiento no ha estado exento de cambios. Inicialmente concebida como una cooperativa cerrada para indígenas, hoy el 60 % de sus socios son mestizos. «Hemos perdido identidad cultural», señala Chango, citando que en 1980 el 35 % de la población ecuatoriana se identificaba como indígena, frente al 7,5 % en 2020.

Chango ha diversificado sus proyectos con seis empresas, incluyendo el equipo de fútbol Mushuc Runa Sporting Club, que compite en la Serie A y la Copa Sudamericana 2025, con una inversión de US$ 3,5 millones este año. Otros negocios como Mushuc Auto, Mushuc Wasi y el Complejo Intercultural y Deportivo Mushuc Runa generan ingresos anuales que superan el millón de dólares, según la Superintendencia de Compañías.

El nuevo sueño de Chango: Mushuclandia

«Hoy estamos debilitando algunos negocios porque tengo un plan maestro, no quiero solo hacer dinero, quiero dejar un legado», señala en la entrevista de Forbes Ecuador.  «Mushuclandia, yo le digo así. Quiero construir una ciudad satélite, al puro estilo de Disneyland, para recrear las culturas indígenas de todo Ecuador. Se podrá admirar la evolución de su vida y de sus costumbres para atraer a turistas extranjeros, principalmente europeos.

Mushuclandia serán 100 hectáreas con juegos mecánicos, un Mr. Chango (Mr. Joy), una estación tecnológica, una granja, una ciudad inca, un estadio para 42.000 personas, canchas para torneos internacionales de tenis y también piscinas para campeonatos mundiales.  Existirá una oferta hotelera importante, con diversas actividades para todas las edades». Es un plan para 50 años y Luis Alfonso sabe que sus nietos lo terminarán.

Necesita US$ 200 millones de inversión y lleva ya el 10 % invertido en Tisaleo. Sueña, en 10 años, recibir tres millones de visitantes y un millón debe provenir del extranjero. En la expoferia de cinco días que se realiza dos veces al año y recibe más de 160.000 personas, invierte cerca de US$ 500.000. «Quiero ser recordado como Walt Disney. Más que dinero, quiero hacer historia y ser un destino turístico del mundo».

Filosofía y proyección

Chango atribuye el éxito al trabajo duro y al ahorro, criticando la mentalidad de dependencia en Ecuador. «La pobreza es mental», afirma, destacando que su cooperativa busca «enseñar a pescar» mediante el acceso a crédito y educación financiera. A sus 80 años, aspira a un patrimonio personal de US$ 30 millones.

«A mí me han dicho varias veces que soy el único indígena que piensa en el desarrollo económico de todo el país. Yo no quiero ser político, a mí me gusta pensar en números y salvar vidas«. A veces lo tachan de tacaño, no se va de vacaciones y su meta es fortalecer su marca y su identidad.

Según sus matemáticas, a sus 80 años espera tener un patrimonio de US$ 30 millones. De sus tres hijos (Verónica, Karina y Junior), el último será su heredero. «Cuando muera voy a tener un nicho espectacular, donde lleguen turistas y escuchen mi discurso. Voy a abrir mi propio museo Luis Alfonso Chango y ya tengo casi el 99 % de las reliquias recolectadas».  Luis Alfonso Chango dice que su cooperativa es un ejemplo de cómo un indígena administra una entidad financiera exitosa. (10)

 

SÚMATE AL NEWSLETTER

Recibe todos los días el ranking de las noticias más importantes.

ÚLTIMAS NOTICIAS

Edición impresa

edición impresa

ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP

¡Noticias al instante!

Entérate de lo más importante, al momento.

ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP

¡Noticias al instante!

Entérate de lo más importante, al momento.

ÚLTIMAS NOTICIAS

Edición impresa

edición impresa

Noticias en la web

SÚMATE AL NEWSLETTER

Recibe todos los días el ranking de las noticias más importantes.

Edición impresa

edición impresa

ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP

¡Noticias al instante!

Entérate de lo más importante, al momento.

1$us/mes

No te pierdas nada OFERTA RELÁMPAGO