El Municipio de La Concordia intervino con mejoras en Nuevo Monterrey: llegó la maquinaria para las calles. Este es uno de los sectores más olvidados de la parroquia Monterrey. Las obras incluyeron rebacheo, limpieza de calles, nivelación y retiro de escombros.
Estas acciones buscan mejorar la movilidad y seguridad de más de 100 familias que viven en la zona. Además, se realizaron en coordinación con el gobierno parroquial, como parte de un plan integral de atención territorial impulsado por la alcaldía.
Un sector sin servicios básicos lucha por mejoras
Nuevo Monterrey surgió hace cerca de diez años como un asentamiento de familias de bajos recursos. La mayoría de viviendas fueron construidas con esfuerzo propio y aún no cuentan con servicios básicos como agua potable, alcantarillado o alumbrado público.
Muchos moradores no tienen escrituras legales de sus terrenos, lo que dificulta el acceso a programas estatales. Sin embargo, poco a poco, algunas familias han logrado mejorar sus casas y esperan que las intervenciones municipales continúen.
Uno de los reclamos más insistentes es la falta de energía eléctrica, ya que la oscuridad representa un riesgo para quienes transitan en horarios nocturnos o al amanecer.
Vecinos valoran obras en puente y piden atención al río Diablo
Un punto crítico del sector es el puente colgante sobre el río Diablo, acceso principal a Nuevo Monterrey. Recientemente, se mejoró el camino de bajada hacia esta estructura, facilitando el paso peatonal.
Aurora Véliz, adulta mayor del sector, comentó: “Gracias a esa mejora ahora podemos pasar más seguros al centro de Monterrey. Antes era peligroso.”
Sin embargo, el río enfrenta problemas de contaminación debido a residuos del camal local. El afluente es usado para actividades agrícolas y recreativas, por lo que los habitantes solicitan acciones urgentes para sanear sus aguas.
Reclamos comunitarios: servicios básicos y recuperación de espacios
Holger García, presidente del sector, agradeció la intervención vial, pero insistió en que también se debe trabajar en seguridad, alumbrado y legalización de terrenos. Otro pedido recurrente es la reactivación del área conocida como Río Diablo, que años atrás fue usada para eventos, pero hoy está cubierta de maleza y en abandono.
Jovita Arroyo, moradora del barrio, señaló: “Al menos ya tenemos calles limpias. Eso nos da alivio, pero ojalá no se olviden de nosotros otra vez.”
Julio Meza, también habitante, expresó: “Necesitamos alumbrado, seguridad, agua. Vivimos casi en el olvido.”