Las mujeres tienen casi el doble de probabilidad de sufrir reacciones adversas a un medicamento, una situación que tiene su explicación médica.
María Isabel Lucena González y Encarnación Blanco Reina, especialistas en Farmacología Clínica, explicaron el problema. Indicaron que este se deriva de la «clásica exclusión» de las mujeres en los ensayos clínicos para luego extrapolar los resultados obtenidos en hombres. «Sin tener en cuenta las diferencias biológicas», dijeron.
«Los retos nacen de las deficiencias, sobre todo de la clásica exclusión de las mujeres en los ensayos clínicos, algo que se justificaba fundamentalmente por el temor de riesgos fetales en caso de embarazo. También se sustenta en la variabilidad y complejidad que introducen los ciclos hormonales femeninos. Así como en la denominada ‘medicina bikini’, modelo simplista según el cual la salud de las mujeres sólo difiere de la de los hombres en las partes del cuerpo que cubre un bikini, es decir, sus órganos reproductores», comentaron.
Los medicamentos no tienen la misma eficacia
Como consecuencia de las lagunas generadas, las mujeres son más propensas a sufrir más reacciones adversas a medicamentos. Así como a experimentar ciertos problemas e incluso diferencias en la eficacia.
De hecho, las mujeres tienen una mayor tasa de dependencia, somnolencia y caídas relacionadas con las benzodiacepinas. Además de una mayor frecuencia de mialgia, diabetes de nueva aparición o daño hepático por las estatinas; y más ganancia de peso y alteraciones hormonales en el caso de los fármacos antipsicóticos.
Lucena y Blanco señalaron que existen retos pendientes en «prácticamente todos los niveles». Esto incluye la investigación preclínica hasta la selección del medicamento y su dosis en la consulta. Además de observar desigualdades en la participación de los pacientes en los ensayos clínicos y en el análisis desagregado de los datos.
Piden eliminar la brecha de género
Es por ello por lo que la Sociedad Española de Farmacología Clínica (SEFC) reclamó la eliminación de la brecha de género existente en investigación. Además de desglosar «correctamente» los resultados, profundizar en las causas de las diferencias en función del sexo a lo largo de la vida, y sensibilizar a los estudiantes y profesionales sanitarios para que conozcan mejor estas diferencias.
Tras ello, ambas expertas recordaron que el sexo es un factor que condiciona de forma «muy relevante» en la fisiología en la enfermedad, y en el manejo y respuesta a los medicamentos. Mientras que el género suele tener una mayor influencia en el consumo de medicamentos a través del estilo de vida, los niveles de automedicación y otros factores distintos a los biológicos.