Militares de Fuerzas Especiales se incorporaron a las operaciones en la frontera de las provincias de Orellana y Sucumbíos. Se trata de 100 elementos, quienes se suman a otros 1.700 uniformados. Todos ellos combaten la influencia del Grupo Armado Comandos de la Frontera, una disidencia de las FARC. El despliegue busca reforzar los patrullajes terrestres, fluviales y aéreos en una zona selvática de alta complejidad.

Los recién llegados, especializados en combate en selva, están equipados con armamento y equipo táctico. El equipamiento supera las 70 libras por soldado. Su misión incluye operaciones aerotransportadas en un terreno donde la densa vegetación dificulta el acceso. “La zona es totalmente selvática. Tenemos que clarear el área y determinar un punto que nos permita aterrizar”, explicó el piloto Patricio Sandoval.

Fuezas Especiales con equipo avanzando

El despliegue cuenta con el apoyo de cinco helicópteros livianos, con capacidad para ocho personas, y también uno mediano, que puede transportar hasta veinte. Sin embargo, estas aeronaves están equipadas con sistemas de visión nocturna y ametralladoras,  “Las aeronaves están blindadas y artilladas, listas para operar en la zona”, afirmó Carlos Hernández, comandante del escuadrón Arpía de la Fuerza Aérea Ecuatoriana.  

Las operaciones con las Fuerzas Especiales comienzan a las seis de la mañana con la revisión técnica de las aeronaves. No obstante, en condiciones climáticas favorables, cada helicóptero puede realizar entre ocho y diez vuelos diarios. Estp también optimiza la movilidad de las tropas y la vigilancia en la frontera. Los sistemas de visión nocturna permiten operar en condiciones de baja visibilidad, una ventaja clave en un área donde patrullan.

Operan grupos armados en la frontera

La frontera entre Orellana y Sucumbíos, colindante con Colombia, es una región estratégica donde operan grupos armados dedicados al narcotráfico, el contrabando y la extorsión. El Grupo Armado Comandos de la Frontera, surgido tras la desmovilización de las FARC en 2016. Sin embargo, ellos han incrementado su presencia en esta zona. Este grupo aprovecha la densa selva y los ríos para movilizarse y evadir a las autoridades.

El refuerzo de las Fuerzas Especiales responde a la necesidad de fortalecer el control territorial. Se trata de un área donde las condiciones representan un desafío. Los militares de Fuerzas Especiales están entrenados para operar en entornos hostiles. Realizan patrullajes exhaustivos y operaciones de inteligencia para desarticular las redes del grupo armado.  El uso de helicópteros artillados permite mantener una ventaja táctica en un terreno difícil.  

Seguridad en comunidades locales

El Gobierno de Ecuador también ha priorizado la seguridad en la frontera norte, donde la porosidad del límite con Colombia facilita el tránsito de actividades ilícitas. En los últimos años, el país ha invertido en la modernización de sus fuerzas armadas. Para ello se ha adquirido equipos especializados y la capacitación de unidades de élite. También se busca combatir el crimen transnacional y garantizar la soberanía en la región.

Las operaciones en Orellana y Sucumbíos continuarán de manera indefinida, según fuentes militares. Lo que se busca es reducir la influencia de los Comandos de la Frontera y restablecer la seguridad para las comunidades locales. La presencia de las Fuerzas Especiales busca enviar un mensaje claro sobre la determinación del Estado ecuatoriano para enfrentar a los grupos armados en la región.