Cada 31 de mayo, en el marco del Día Mundial sin Tabaco, la Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca los riesgos mortales del tabaquismo, responsable de más de 8 millones de muertes anuales en el mundo, incluyendo a fumadores pasivos. En 2025, la campaña lleva el lema “Proteger a los jóvenes de la interferencia de la industria tabacalera”, enfocándose en la prevención entre adolescentes.
El impacto global del tabaquismo
El tabaco sigue siendo una de las principales causas de muerte prevenible a nivel mundial. La OMS estima que 7 millones de fallecimientos anuales están directamente relacionados con el consumo de cigarrillos, mientras que 1.3 millones corresponden a personas expuestas al humo de segunda mano, conocidas como fumadores pasivos.
En América Latina, la situación también es alarmante. Un informe del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS) revela que el tabaquismo provoca 960 muertes diarias en ocho países de la región. Por lo tanto, esto equivale a 350,400 muertes anuales.
Por país, los datos también son contundentes:
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En Colombia, se reportan 83 muertes diarias por causas atribuibles al tabaco.
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Argentina suma 123 muertes diarias, mientras que
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Brasil encabeza la lista con 443 fallecimientos diarios relacionados con el tabaquismo.
Voces expertas sobre la crisis
El director general de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha reiterado que “el tabaco mata a 8 millones de personas cada año”, y que proteger a las personas, especialmente jóvenes, de su exposición debe ser una prioridad global.
Gabriela Senatore, de la Asociación Argentina de Tabacología, advierte que los cigarrillos electrónicos no son una alternativa segura, ya que pueden aumentar la probabilidad de consumo de tabaco tradicional entre los adolescentes.
El Dr. Alfredo Palacios, del IECS, indicó que aumentar un 50% el precio de los cigarrillos podría evitar hasta 278,721 muertes en la próxima década en América Latina.
Riesgos adicionales y carga económica del tabaquismo
El tabaco no solo representa una amenaza para la salud pública, sino también una carga económica significativa. De acuerdo con la OMS, el consumo de tabaco cuesta a la economía mundial 1.4 billones de dólares anuales, debido a gastos sanitarios y pérdida de productividad.
Además del impacto directo, los fumadores pasivos siguen en riesgo: más de 1.3 millones de personas mueren anualmente por la exposición involuntaria al humo del cigarrillo.
Los productos alternativos como los cigarrillos electrónicos, frecuentemente promocionados como “menos dañinos”, representan un nuevo frente de riesgo, especialmente por su marketing dirigido a jóvenes.
Proyecciones y recomendaciones
Pese a las estrategias actuales, la OMS proyecta que para 2025 se alcanzará solo una reducción del 25% en el consumo global de tabaco, por debajo del objetivo planteado del 30%. Para revertir esta tendencia, la organización propone:
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Aumentar los impuestos a productos de tabaco.
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Prohibir la publicidad y promoción dirigida a menores de edad.
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Ampliar los espacios libres de humo en lugares públicos y laborales.
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Fortalecer los servicios de cesación, garantizando acceso a tratamientos efectivos para dejar de fumar.