El Día Internacional del Libro fue proclamado por la UNESCO en 1995 para promover el acceso a la lectura, la industria editorial y la protección de los derechos de autor.
La elección de esta fecha no es casualidad: conmemora el fallecimiento en 1616 de tres grandes figuras de la literatura universal: Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega.
Más allá de rendir homenaje a la literatura, esta celebración invita a reflexionar sobre el papel de los libros en un mundo donde las pantallas dominan gran parte del tiempo.
Hoy, la lectura enfrenta nuevos desafíos y oportunidades. Mientras la tecnología ha facilitado el acceso a los libros mediante audiolibros, ebooks e incluso podcast, también ha transformado los hábitos de consumo, afectando la capacidad de concentración y la profundidad con la que las personas se sumergen en un texto.
Beneficios de la lectura en el desarrollo cognitivo y emocional
Además de enriquecer el conocimiento, la lectura ayuda a desarrollar empatía, permitiendo a los lectores conectarse con diversas realidades y perspectivas. También contribuye a reducir el estrés gracias a su efecto relajante y potencia la creatividad e imaginación, habilidades esenciales para la resolución de problemas, así como, el desarrollo cognitivo.
Para que estos beneficios se reflejen en la vida cotidiana, es fundamental que los niños tengan acceso a libros adecuados para su edad y crezcan en un entorno que los motive a leer.
¿Cómo equilibrar el tiempo en pantallas con la lectura?
Para equilibrar el tiempo en pantallas con la lectura, es clave adoptar estrategias que permitan integrar ambos mundos de manera efectiva.
En la última década, el tiempo dedicado a la lectura ha cambiado drásticamente. Según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los niños deben limitar su tiempo frente a pantallas a un máximo de una hora diaria, priorizando actividades físicas, juegos activos y tiempo de calidad en familia. Estas pautas destacan la necesidad de regular el uso de dispositivos electrónicos desde edades tempranas, ya que el exceso puede desplazar hábitos fundamentales como la lectura por placer.
Las redes sociales y el contenido digital han transformado la manera en que las personas consumen información. La inmediatez ha disminuido la capacidad de atención, haciendo que la lectura prolongada sea cada vez menos frecuente.
Sin embargo, en lugar de ver la tecnología como un obstáculo, puede convertirse en una aliada para fomentar el hábito lector.
Crear rutinas donde la lectura y el uso de pantallas coexistan de manera equilibrada es una estrategia clave. Establecer momentos específicos del día para leer, incentivar el uso de ebooks o audiolibros y promover desafíos literarios en redes sociales pueden ser herramientas efectivas para que los jóvenes se interesen sin desconectarse por completo de su entorno digital.
Estrategias para fomentar la lectura en la era digital
Es clave implementar estrategias innovadoras que se adapten a la realidad actual, como:
Fomentar la lectura en familia, destinando momentos específicos del día para compartir libros.
Integrar la tecnología con la literatura, utilizando aplicaciones y audiolibros como complemento.
Crear desafíos de lectura con incentivos que motiven a los niños a explorar nuevas historias.