Manta enfrenta un desafío crítico en la gestión de residuos, con espacios públicos como Horacio Hidrovo convertidos en botaderos clandestinos de basura. La falta de personal y maquinaria limita la respuesta municipal, mientras la escasa educación ciudadana agrava el problema de la limpieza urbana.
Por ello, la alcaldesa Marciana Valdivieso destacó las dificultades estructurales, como la reducción de personal por fallecimientos y jubilaciones. El municipio presentó un proyecto al Banco de Desarrollo del Ecuador (BDE) para financiar la jubilación de trabajadores y adquirir nueva maquinaria.
«La recolección diaria no es viable en ciudades en crecimiento»
Además, se busca optimizar la recolección de desechos con equipos modernos. Valdivieso defendió la recolección interdiaria, señalando que es una práctica común en ciudades en crecimiento, como en Estados Unidos, y necesaria para adaptarse al desarrollo urbano de Manta.
Asimismo, el municipio ha implementado brigadas educativas que recorren los barrios más afectados, instalando letreros y promoviendo campañas de concienciación. Estas acciones buscan fomentar la responsabilidad ciudadana para respetar los horarios de recolección y mantener la ciudad limpia.
Brigadas educativas visitan las casas informando los horarios de recolección
Por otro lado, se están afinando herramientas tecnológicas, como campañas virtuales y mensajes de texto, para informar a los ciudadanos sobre los horarios de recolección. Estas iniciativas pretenden transformar la mentalidad de los habitantes hacia una cultura de responsabilidad ambiental.
Finalmente, el municipio apuesta por un enfoque integral que combine infraestructura, educación y tecnología. El objetivo es no solo limpiar Manta, sino también construir una ciudad más sostenible, donde los ciudadanos asuman un rol activo en la preservación del entorno.
La acumulación de basura en sectores como Horacio Hidrovo refleja un problema estructural que requiere soluciones urgentes. La falta de conciencia ciudadana, sumada a las limitaciones logísticas, ha convertido algunos espacios públicos en focos de insalubridad que afectan la calidad de vida.
En este contexto, la alcaldesa enfatizó que el cambio cultural es clave. Las brigadas educativas no solo informan, sino que buscan generar un compromiso colectivo. Los letreros instalados en los barrios recuerdan a los habitantes la importancia de respetar los horarios de recolección establecidos.
De igual forma, las herramientas tecnológicas representan un paso hacia la modernización de la gestión de residuos. Las campañas virtuales y los mensajes de texto permitirán una comunicación directa con la ciudadanía, promoviendo una participación activa en la limpieza de la ciudad.