Miguel Cevallos fue un ganadero que abandonó el campo para dedicarse por completo al negocio camaronero. Todo marchaba viento en popa en sus piscinas ubicadas en la vía a Cojimíes, hasta que un virus, la mancha blanca, azotó la producción y los camarones comenzaron a morir. Endeudado, Cevallos tomó la peor decisión: quitarse la vida.
A finales de la década de 1990, la industria camaronera de Ecuador enfrentó una de sus peores crisis debido al virus del síndrome de la mancha blanca. Este virus altamente contagioso, detectado por primera vez en 1999, devastó el sector, causando una caída drástica en la producción: de 250 millones de libras en 1998 a apenas 80 millones en 2000, con una pérdida del 90% de la industria local entre 1999 y 2000. Cevallos fue uno de los empresarios perjudicados.
En Guayas, el corazón camaronero del país, el 87.2% de las piscinas camaroneras se vieron afectadas para 2003, con tasas de mortalidad cercanas al 100% en algunos casos. Los camarones infectados presentaban manchas blancas en su cutícula, pérdida de apetito, movimiento lento y decoloración rojiza. La propagación del virus, facilitada por el canibalismo, agua contaminada o postlarvas infectadas, sumada a los desafíos económicos y la dolarización, llevó las exportaciones a un mínimo de 37.700 toneladas métricas en 2000, un 70% menos que las 115.000 toneladas.
La batalla contra la mancha blanca
A pesar de esta crisis, la industria camaronera ecuatoriana demostró una notable capacidad de reuperación. Desde 2006, la producción comenzó a recuperarse gracias a la implementación de mejores prácticas de bioseguridad, como el uso de postlarvas certificadas, cloración de agua, control de temperatura y densidad, y la cría selectiva de cepas resistentes.
Estas medidas, combinadas con la innovación tecnológica y el compromiso del sector, permitieron que en 2015 las exportaciones alcanzaran 720 millones de libras, consolidando a Ecuador como líder mundial en la exportación de camarón. Para 2017, las exportaciones llegaron a 246.000 toneladas métricas, y en 2022, el sector generó $6.653 mil millones. En 2023, la industria marcó un hito al exportar 2.677 millones de libras, casi cuadruplicando la cifra de 2015.
Un hito en 2025 y nuevos horizontes
En abril de este año, según la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA), Ecuador exportó 254 millones de libras de camarón, con un valor de $606 millones, reflejando un crecimiento interanual del 12.5%. Aunque China sigue siendo el principal destino, su participación disminuyó del 55.8% al 46%, con una caída del 14.9% en volumen y 12.3% en valor. En contraste, Europa y Estados Unidos ganaron terreno: Europa representó el 25.4% de las exportaciones, con un aumento del 35.9% en volumen y 54% en valor, mientras que Estados Unidos absorbió el 18.4%, con un crecimiento del 16.7% en volumen y 28.6% en valor.
Desafíos y perspectivas
A pesar de estos logros, el virus de la mancha blanca sigue siendo una amenaza latente, con suspensiones temporales de exportaciones a China en 2019 y 2021 debido a detecciones del virus. El Instituto Nacional de Pesca (INP) realiza monitoreos con técnicas para garantizar una producción libre de enfermedades. Además, la industria enfrenta desafíos como la volatilidad de los precios internacionales, posibles aranceles en Estados Unidos, cortes de energía y la inseguridad en las zonas productoras.
Sin embargo, las perspectivas son optimistas. La CNA proyecta un crecimiento de entre 3% y 4% para 2025, impulsado por la diversificación de mercados, la adopción de nuevas tecnologías, la promoción de la marca “Camarones de Primera Clase” y una mayor oferta de productos procesados. Gabriel Luna, del Consejo Global del Camarón, destacó que abril de 2025 marcó un hito, aunque el crecimiento podría estabilizarse debido a las altas cifras de 2024,
La industria camaronera ecuatoriana, tras superar la devastación de la mancha blanca, no solo ha recuperado su posición, sino que se ha consolidado como un referente global, demostrando que la innovación, la bioseguridad y la diversificación son claves para enfrentar los retos del futuro. (10)