La provincia de Manabí, que arrastra las consecuencias devastadoras del terremoto de hace seis años y, encima, enfrenta, como el resto del país, la crisis por la pandemia, merece un mejor trato del Gobierno.
Después del terremoto, gran parte de la infraestructura básica sigue afectada. Los hospitales de Bahía, Pedernales y Manta continúan en proceso de reconstrucción, retrasado por la corrupción y la burocracia.
El Hospital de Especialidades Portoviejo nunca ha funcionado en su plena capacidad, con lo que se priva a los manabitas de una óptima atención en salud.
Todavía hay cuarteles bomberiles improvisados en estructuras que debieron ser temporales, casi a la intemperie.
«La administración de los recursos hídricos debe descentralizarse”.
La mayoría de los edificios públicos destruidos no se ha recuperado y tampoco hay mayores esperanzas, pues el dinero de los seguros se utilizó en otros menesteres.
La administración de los recursos hídricos también debe descentralizarse. Manabí no tiene caudales permanentes y necesita un manejo propio del agua, que es mejor a que se lo haga desde los ministerios.
La reparación de las vías, la terminación de las obras iniciadas y detenidas, el impulso a la producción, son algunos de los temas en los que también se espera la ayuda del Gobierno.
Un mejor trato. Eso es lo que requiere esta provincia para avanzar.
Editorial de El Diario publicado este jueves 31 de marzo del 2022 en nuestra edición impresa.