El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, acusó el 19 de mayo a los gobiernos de Ecuador, Colombia y Estados Unidos de estar detrás de un plan para sabotear las elecciones regionales y legislativas del próximo domingo en Venezuela. Según Maduro, estos países habrían enviado a una supuesta «mafia albanesa» para introducir artefactos explosivos y desestabilizar el proceso electoral.
Elecciones en Venezuela
Maduro realizó estas acusaciones durante una transmisión televisiva nacional, afirmando que 38 «mercenarios» fueron detenidos. Según sus declaraciones, estos individuos formarían parte de una «mafia albanesa» que, según él, «gobierna Ecuador». Maduro afirmó que se incautaron tres teléfonos móviles a los detenidos, los cuales contendrían información relevante sobre el supuesto plan.
Acusaciones
Maduro vinculó estas supuestas acciones a la visita del empresario y exmilitar estadounidense Erik Prince a Ecuador en abril. Prince, fundador de la empresa privada Blackwater, ha ofrecido al gobierno ecuatoriano capacitaciones en seguridad para la Policía y las Fuerzas Armadas. Maduro interpretó la presencia de Prince como una señal de injerencia estadounidense. «Si está Erik Prince, está el imperio norteamericano», declaró.
Respuesta del gobierno venezolano
El mandatario venezolano instó a sus seguidores a votar el próximo domingo «por la paz, por la estabilidad y como un ejemplo de soberanía nacional frente a la mafia del narcotráfico ecuatoriano, albanés, colombiano e imperialista». Estas declaraciones se producen en un contexto de tensiones regionales y acusaciones mutuas entre Venezuela y sus países vecinos.
Implicaciones regionales
Las acusaciones de Maduro podrían intensificar las tensiones diplomáticas entre Venezuela, Ecuador, Colombia y Estados Unidos. Hasta el momento, no ha habido una respuesta oficial por parte de los gobiernos señalados. La situación genera incertidumbre sobre el desarrollo de las elecciones y la estabilidad regional.