El 2 de agosto de 2025, Luisa González, presidenta de Revolución Ciudadana, denunció un complot para apoderarse del movimiento opositor en Canuto, Manabí, afirmando que no permitirá una oposición pactada.
Respuesta de Luisa González a las tensiones internas
En un discurso pronunciado el 2 de agosto de 2025 en Canuto, provincia de Manabí, Luisa González, presidenta del Movimiento Revolución Ciudadana, negó que exista una crisis en la organización política. Según la dirigente, no hay un “desgrane” en el partido, sino un intento de ciertos sectores por apropiarse de la agrupación para establecer una “oposición acordada”. González afirmó: “Quieren apropiarse de nuestro partido para llevar una oposición acordada y eso no lo vamos a permitir”.
La líder correísta hizo referencia a la crisis de 2017, cuando la ruptura entre el expresidente Rafael Correa y su sucesor, Lenín Moreno, provocó el colapso de Alianza PAIS. González comparó la situación actual con aquel episodio, calificándolo como una “guerra civil” interna, pero insistió en que el movimiento permanece unido.
Disidencia dentro del partido
La declaración de González responde a una carta interna, filtrada posteriormente, enviada por cinco figuras destacadas de Revolución Ciudadana al líder exiliado Rafael Correa. Los firmantes, los prefectos Marcela Aguiñaga (Guayas), Paola Pabón (Pichincha), Leonardo Orlando (Manabí), Juan Lloret (Azuay) y el alcalde de Quito, Pabel Muñoz, pidieron cambios en el movimiento debido a una supuesta crisis interna. La misiva, dirigida a Correa y no a González, se interpreta como un cuestionamiento implícito a su liderazgo.
González calificó a los firmantes como “cinco traidores” y aseguró que su salida no representa una crisis significativa. La dirigente defendió la fortaleza del movimiento y su compromiso con los principios del correísmo.
Luisa González defiende su liderazgo
En otra reunión, González expresó que los ataques en su contra buscan desacreditarla para desplazarla del liderazgo de Revolución Ciudadana. “Quieren bajar mi credibilidad ya que saben que no me vendo ni me presto para jugarretas, no me pueden decir aquí hay un centavo”, afirmó. La excandidata presidencial destacó su integridad y su dedicación al movimiento, subrayando que no cederá ante presiones internas o externas.
La dirigente también resaltó su conexión con Manabí, donde se crió, y su compromiso con los ideales del correísmo, que buscan justicia social y el fortalecimiento del país frente a la crisis actual.
Contexto de la oposición en Ecuador
Ecuador vive un escenario político polarizado en 2025, con la Revolución Ciudadana como principal fuerza de oposición al gobierno de Daniel Noboa. Tras la derrota de González en las elecciones presidenciales de 2023 y el balotaje de abril de 2025, el movimiento ha enfrentado tensiones internas. La influencia de Rafael Correa, exiliado en Bélgica tras ser condenado por corrupción en 2020, sigue siendo un factor clave en la dinámica del partido, pero también genera divisiones entre quienes apoyan su legado y quienes buscan renovar el movimiento.
La filtración de la carta refleja las fricciones entre la dirigencia y algunos líderes regionales, quienes abogan por ajustes estratégicos para fortalecer la oposición. Sin embargo, González insiste en que el partido mantiene su cohesión y su rol como alternativa al oficialismo.
Retos futuros para Revolución Ciudadana
El Movimiento Revolución Ciudadana enfrenta el desafío de consolidar su base mientras lidia con críticas internas y externas. González, quien asumió la presidencia del partido en 2024, busca proyectar una imagen de unidad y liderazgo firme. La organización planea fortalecer su presencia en las provincias y prepararse para futuros comicios, manteniendo su discurso centrado en combatir la inseguridad, la corrupción y la desigualdad.
Contexto relevante:
Ecuador enfrenta una crisis política y de seguridad en 2025, con un aumento de la violencia y tensiones sociales. Revolución Ciudadana, liderada por Luisa González, se posiciona como la principal fuerza opositora, pero las divisiones internas podrían afectar su capacidad para capitalizar el descontento social. La influencia de Rafael Correa sigue siendo un pilar del movimiento, aunque su figura genera tanto apoyo como rechazo entre los ecuatorianos.