Durante el invierno, las infecciones de oído se vuelven más comunes, por lo que los profesionales de la salud animan a prevenirlas.
Y es que las condiciones climáticas adversas debilitan el sistema inmunológico y facilitan la propagación de virus que afectan las vías respiratorias, lo que puede derivar en inflamaciones en el oído medio.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 1.500 millones de personas viven con algún grado de problema auditivo, y esta cifra se espera que siga en aumento.
Incrementan el riesgo de infecciones de oído
Ariana Araujo, audioprotesista, explica que la variación climática y los resfriados típicos de la temporada incrementan el riesgo de infecciones en el oído medio, derivando en otitis y otras dolencias que impactan la calidad de vida de las personas.
“Los cambios de temperatura y la alta incidencia de gripes favorecen la aparición de problemas en el conducto auditivo, ya que la conexión entre la nariz, la boca y los oídos facilita la propagación de gérmenes e infecciones”, precisa la profesional.
“Entre las causas de las infecciones en el oído se encuentran los cambios de temperatura, que irritan el conducto auditivo externo, resecando la piel de este órgano sensorial. La temperatura también influye en el drenaje de la mucosidad y la ventilación del oído medio, aumentando el riesgo de desarrollar otitis.
Además, las lluvias y la humedad pueden predisponer a infecciones si no se secan los oídos adecuadamente”, agrega la profesional de la salud.
Recomendaciones
Tal como precisa Araujo, prevenir las infecciones de oído es crucial. “Para ello hay que seguir algunas recomendaciones”, dice.
Lo primero es evitar contagios gripales mediante una buena higiene de manos y evitar el contacto cercano con personas resfriadas, lo cual es fundamental. Asimismo, hay que secar bien los oídos tras la ducha o la lluvia. Esto es esencial para prevenir infecciones.
“También se recomienda mantener revisiones auditivas periódicas para detectar problemas de manera temprana”, indica la audioprotesista.
Por último, Ariana Araujo reafirma que la prevención es clave para reducir la incidencia de estas dolencias.
Más detonantes de las infecciones de oído
Otro desencadenante sorprendente de las infecciones de oído es el uso excesivo o incorrecto de hisopos y objetos para limpiar los oídos. Aunque muchas personas los utilizan con la intención de mantener la higiene, esta práctica puede eliminar la cera protectora natural, irritar el canal auditivo y facilitar la entrada de microorganismos. La cera no es suciedad, es una barrera natural contra infecciones.
Las afecciones dentales también pueden jugar un papel inesperado. Problemas como abscesos en los molares o una mala alineación de la mandíbula podrían generar presión en la trompa de Eustaquio, el conducto que conecta el oído medio con la garganta, propiciando inflamación e infecciones. Asimismo, el reflujo gastroesofágico, al irritar la garganta, puede indirectamente afectar esta zona y aumentar el riesgo de otitis media.
Por último, factores ambientales como la contaminación del aire o la exposición a humo de tabaco han sido vinculados a una mayor incidencia de infecciones de oído, especialmente en niños pequeños cuyos sistemas inmunológicos aún están en desarrollo. Estudios recientes sugieren que las partículas irritantes pueden alterar las mucosas y facilitar la proliferación de agentes patógenos.
Los expertos recomiendan prestar atención a estos factores menos comunes y consultar a un especialista ante síntomas persistentes como dolor, picazón o pérdida de audición.