El primer ministro de Nueva Zelanda, Christopher Luxon, anunció este martes su respaldo a un proyecto de ley que busca prohibir el uso de redes sociales a menores de 16 años, con el objetivo de protegerlos del contenido violento o inapropiado que circula en dichas plataformas. La propuesta se presentará ante el Parlamento y contempla multas de hasta 2 millones de dólares neozelandeses (alrededor de un millón de dólares americanos) para las empresas tecnológicas que no cumplan con la normativa.
Nueva Zelanda se inspira en el modelo australiano
La iniciativa legislativa toma como referencia la ley australiana aprobada en 2024, considerada la primera del mundo en establecer restricciones por edad para el uso de redes sociales. El primer ministro australiano, Anthony Albanese, ha defendido públicamente esta política como una herramienta clave para el bienestar mental y social de los menores.
Durante una rueda de prensa, Luxon declaró: “Es el momento que los neozelandeses se den cuenta de que, a pesar de que hay muchas cosas buenas en las redes sociales, no siempre es un lugar seguro para los más jóvenes”. También advirtió que es esencial tomar medidas que eviten que “niños vulnerables sufran actos de explotación y ciberacoso”.
Un debate legislativo en marcha en Nueva Zelanda
El Partido Nacional, liderado por Luxon, ha presentado ya varios proyectos de ley en el Parlamento. No obstante, para que la normativa prospere, se requiere el respaldo de los dos socios de coalición del Gobierno. Luxon ha subrayado que la medida responde a una preocupación social creciente. “Los padres están continuamente diciéndonos que están muy preocupados por el impacto que tienen las redes sociales sobre sus hijos”, dijo.
El proyecto plantea que las plataformas tecnológicas serán las responsables de verificar la edad de los usuarios y aplicar mecanismos que impidan el acceso de los menores. Sin embargo, no se han detallado aún los métodos técnicos o legales que garantizarían esta verificación.
Reacciones del sector tecnológico
Varias compañías tecnológicas han expresado reservas frente a la propuesta. Algunas han cuestionado la falta de concreción en cuanto a cómo se implementará y fiscalizará la restricción por edad. Por su parte, el empresario Elon Musk, propietario de la red social X (antes Twitter), calificó la medida como una forma de “controlar por la puerta de atrás el acceso a Internet”.
Las críticas también apuntan al desafío tecnológico y ético que implica limitar el acceso a menores sin comprometer la privacidad de los usuarios o crear barreras desproporcionadas.
Contexto global: ¿un nuevo paradigma en regulación digital?
El proyecto neozelandés se suma a un creciente debate internacional sobre el rol de las redes sociales en la infancia y adolescencia. Organismos internacionales han advertido sobre los efectos nocivos del uso excesivo de estas plataformas, vinculándolos con problemas de salud mental, baja autoestima y exposición a contenido dañino.
Países como Francia y Estados Unidos también han planteado recientemente reformas legales para endurecer los controles sobre el uso de redes sociales por parte de menores. Sin embargo tienen enfoques distintos y menor grado de prohibición.
De ser aprobado, Nueva Zelanda se convertiría en el segundo país del mundo en aplicar una ley de este tipo. Esto podría marcar un precedente para futuras regulaciones a nivel global.