El Gobierno de Sudán anunció el 29 de mayo de 2025 la creación de un comité para investigar las acusaciones de Estados Unidos sobre el uso de armas químicas en 2024, en el marco de la guerra entre el Ejército y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) que estalló en Jartum en abril de 2023, buscando cumplir con sus obligaciones internacionales.
El presidente del Consejo Soberano de Transición, Abdelfatá al Burhan, ordenó formar un comité con representantes del Ministerio de Exteriores, el Ministerio de Defensa y los servicios de Inteligencia para indagar las acusaciones de Estados Unidos, según un comunicado difundido por la agencia SUNA. Al Burhan expresó su “incredulidad” ante las afirmaciones de Washington, que el 24 de abril de 2025 señaló que Sudán usó armas químicas en el conflicto. El comité busca garantizar transparencia y cumplir con la Convención sobre Armas Químicas.
El 22 de mayo, el Departamento de Estado de EE. UU., a través de su portavoz Tammy Bruce, anunció sanciones contra Sudán, que entrarán en vigor el 6 de junio de 2025. Estas medidas incluyen restricciones a las exportaciones estadounidenses y al acceso a líneas de crédito del gobierno de EE. UU., basadas en un informe que concluye el incumplimiento de Sudán con la Convención. Jartum negó “categóricamente” las acusaciones, calificándolas de “chantaje político”, según el ministro de Cultura e Información, Jaled al Aiser.
Respuesta sudanesa y tensiones diplomáticas
Sudán sostiene que no produce, almacena ni usa armas químicas, y criticó a EE. UU. por no presentar las denuncias ante la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), como establece la Convención.
El portavoz del Ejército, Nabil Abdulá, calificó las acusaciones de Estados Unidos como “peligrosas y engañosas”, asegurando que las Fuerzas Armadas usan “métodos limpios”. Sudán también expresó su “asombro” por la falta de uso de canales diplomáticos por parte de Washington.
El conflicto ha generado tensiones adicionales, como las acusaciones de Sudán contra Emiratos Árabes Unidos por apoyar a las RSF, algo que el país del Golfo niega. La ONU ha instado a priorizar el cese de hostilidades para abordar la crisis humanitaria.
Un conflicto con más de 12 millones de desplazados
La guerra entre el Ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), declaradas grupo terrorista, comenzó en abril de 2023 por disputas sobre la integración de las RSF en las Fuerzas Armadas. Este conflicto desató la peor crisis humanitaria mundial, con 12 millones de desplazados y 25 millones de personas necesitadas de asistencia alimentaria, según la ONU.
El conflicto tiene raíces en el golpe de Estado de 2019 que derrocó a Omar Hasán al Bashir, seguido por otro golpe en 2021 liderado por Al Burhan, que derrocó al primer ministro Abdalá Hamdok. Los intentos de transición democrática han fracasado, intensificando la violencia.
