El pico de gallo es una salsa cruda elaborada principalmente con tomate, cebolla, chile, cilantro, limón y sal. A diferencia de otras salsas cocidas, esta preparación mantiene todos sus ingredientes frescos, lo que le da una textura crujiente y un sabor vibrante.
Para preparar una porción de aproximadamente cuatro personas, se recomienda usar los siguientes ingredientes:
- 3 tomates medianos, firmes y maduros, picados en cubos pequeños.
- 1/2 cebolla blanca o morada, picada finamente.
- 1 chile jalapeño o serrano, sin semillas, picado (puede ajustarse al gusto).
- 1/4 de taza de cilantro fresco, picado.
- Jugo de 1 limón.
- Sal al gusto.
Opcionalmente, se puede añadir un diente de ajo finamente picado o unas gotas de aceite de oliva.
Preparación del pico de gallo paso a paso
- Lavar y desinfectar todos los ingredientes frescos.
- Picar el tomate, la cebolla, el chile y el cilantro en trozos pequeños y homogéneos.
- Colocar los ingredientes picados en un recipiente y mezclar bien.
- Agregar el jugo de limón y la sal. Revolver nuevamente.
- Dejar reposar de 10 a 15 minutos antes de servir para que los sabores se integren.
El pico de gallo se sirve comúnmente como acompañamiento de tacos, carnes asadas, totopos o como parte de guarniciones más elaboradas.
Pico de gallo ha ganado popularidad mundial
Esta receta, originaria del centro y norte de México, ha ganado popularidad en todo el mundo gracias a su facilidad de preparación y su sabor fresco. Se conoce también como “salsa bandera”, debido a sus colores que representan la bandera mexicana: rojo (tomate), blanco (cebolla) y verde (chile y cilantro).
Una ventaja clave del pico de gallo es su adaptabilidad. Se pueden añadir ingredientes como aguacate, mango, piña o pepino para darle un toque dulce o tropical. Incluso puede utilizarse como ensalada ligera.
Conservación y recomendaciones finales
El pico de gallo debe consumirse fresco. Si se refrigera, se recomienda hacerlo en un recipiente hermético por no más de 24 horas, ya que el tomate puede soltar agua y perder textura. No se recomienda congelarlo.
Evita añadir el limón y la sal con mucha antelación si no se va a consumir de inmediato, para conservar mejor la textura crujiente del tomate y la cebolla.