Pescadores de Jaramijó tienen miedo para salir a trabajar



Compártelo con tus amigos:

El robo en altamar sentó a autoridades y pescadores de Jaramijó que buscan una solución a la piratería.
Las reuniones iniciaron a raíz del último ataque de piratas ocurrido el jueves 29 de abril, donde ocho pescadores de ese cantón fueron asaltados y dos de ellos resultaron con roces de bala.
En la reunión del jueves 6 de mayo, que se  celebró en el Municipio del cantón, estuvo el Capitán del Puerto de Manta, Jorge Velastegui Castillo, que afirmó que este delito empieza y termina en tierra y se desarrolla dentro de la misma población pesquera.
Para el oficial seis de cada diez motores fuera de borda robados son vendidos en partes en talleres y muchas de estas piezas son compradas por los mismos pescadores para reparar los suyos.
“El 60 por ciento de los motores robados entre los años 2010 y 2015 fueron desguazados y vendidas sus piezas entre los pescadores”, dijo.

“Uno de los pasos para acabar con este delito es comprar repuestos en talleres legalizados”, propuso Velastegui.
Además explicó que dentro de la investigación se conoció del método de robo llamado: enfriamiento de motores.
Este no es más que los motores robados son guardados en casas que están en el perfil costero de la provincia donde son desarmados y con el paso de los días ofertan las piezas.

Simón Rodríguez, dirigente pesquero, coincide con el capitán del Puerto, pero le llama la atención que si las autoridades conocen el origen del delito no se haga algo para detenerlo.
¿Por qué la Marina y Policía no trabajan coordinadamente inspeccionando los talleres de motores y clausurando los que no están legalizados?, planteó.
Se debe hacer un registro de lugares a los que se les otorgue autorizaciones para vender repuestos que no provengan de motores robados, dijo Rodríguez.

El dirigente también indicó que el método de troquelado (serie de identificación de motores) ha quedado obsoleto. Reconoce que los primeros años funcionó, pero ya no. Cree que la razón para que haya dejado de funcionar es que los ladrones se dieron cuenta que la serie solo se colocaba en una parte del motor y no en las piezas desmontables y por ello optaron por desarmarlos.

Entonces, Rodríguez no ve otro camino que tomar de la mano con la tecnología. Para él se debe instalar un chip que envíe una señal satelital para que en caso de robo la Policía y la Marina puedan ubicar el motor robado.
Pero mientras autoridades y dirigentes discuten hay pescadores como José Delgado de 50 años que no quieren volver al mar.  Está decepcionado y se siente inseguro cada vez que sale a pescar.

Dijo que están obligados a pescar porque se “ahogan” por las deudas.
A José le han robado dos veces: en el 2017 y 2020.
En el primer robo se llevaron dos motores. En el segundo, uno. Para comprar los primeros hizo un crédito.

Para comprar el segundo motor el crédito debió hacerlo su esposa ya que él no pudo porque mantenía la deuda anterior. En total son cerca de 30 mil dólares lo que debe y que no puede pagar porque no tiene  sus herramientas de trabajo para salir al mar.



WP Radio
WP Radio
OFFLINE LIVE