La pérdida auditiva afecta a una de cada tres personas mayores de 65 años, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), impactando su salud emocional, cognitiva y social. En 2025, expertos enfatizan la importancia de detectar y tratar esta condición para prevenir el aislamiento, las caídas y la demencia, promoviendo la autonomía y el bienestar en la tercera edad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que un tercio de las personas mayores de 65 años sufre algún grado de pérdida auditiva, una condición que, sin tratamiento, eleva el riesgo de caídas, demencia y aislamiento social. “La audición no es solo un sentido, es una puerta a la conexión con el mundo”, explica Ariana Araujo, especialista de GAES.
Esta afectación debilita los lazos emocionales
Varios estudios muestran que las personas mayores con pérdida auditiva no tratada tienen hasta cinco veces más riesgo de desarrollar demencia y tres veces más probabilidad de sufrir caídas debido a problemas de equilibrio. Además, más del 50% de quienes padecen pérdida auditiva moderada o severa reportan síntomas de ansiedad o depresión, derivados de la frustración de no entender conversaciones o sentirse excluidos.
A nivel social, la pérdida auditiva no tratada incrementa el riesgo de aislamiento en un 28%, según investigaciones. La dificultad para seguir conversaciones lleva a muchos mayores a evitar reuniones familiares o comunitarias, debilitando sus lazos emocionales. Por el contrario, quienes utilizan soluciones auditivas, como audífonos, reportan mejoras en su autoestima, confianza y participación social.
Toma acciones concretas para evitar que se vuelva un problema
En primer lugar, controlar los niveles de volumen en dispositivos como televisores o móviles para evitar la fatiga auditiva. También se aconseja realizar chequeos auditivos anuales a partir de los 60 años. Finalmente, brindar acompañamiento emocional, incluyendo a los mayores en conversaciones y mostrando paciencia, fortalece su sentido de pertenencia, recomienda la especialista.
El envejecimiento, aunque natural, requiere atención proactiva. Detectar los primeros signos de pérdida auditiva, discutir el tema en familia y buscar apoyo especializado puede marcar una diferencia significativa. Según la OMS, la pérdida auditiva es una de las principales causas de años vividos con discapacidad a nivel global. Lo que subraya la urgencia de abordarla.
Asimismo, es necesario controlar los niveles de volumen en casa. Es decir, evitar que el televisor, la radio o el celular a volúmenes excesivos por periodos prolongados. Estas prácticas pueden agravar la fatiga auditiva o acelerar el deterioro, especialmente cuando se realizan de forma continua y sin supervisión, puntualiza Ariana Araujo.