Shergar, un caballo purasangre británico, propiedad del Aga Khan, fue secuestrado el 8 de febrero de 1983 en Kildare, Irlanda, por un grupo armado que exigió tres millones de dólares por su liberación. Su paradero jamás fue determinado, convirtiendo el caso en uno de los enigmas más impactantes de la historia del deporte hípico.

Nacido el 3 de marzo de 1978 en Irlanda, Shergar debutó en las pistas mostrando un talento excepcional. En 1981, ganó con récord el prestigioso Derby de Epsom por más de diez cuerpos, una hazaña sin precedentes en la historia moderna de las carreras. También conquistó el Derby Irlandés y el King George VI, todas carreras clasificadas como Grupo I.

Bajo los colores del Aga Khan, uno de los criadores más influyentes de la élite hípica internacional, Shergar cerró su carrera con seis victorias en ocho participaciones y más de 500.000 dólares en premios. Ese mismo año, fue reconocido como el Caballo del Año en Europa.

La vida como semental en Irlanda

Tras retirarse, Shergar fue trasladado a Ballymany Stud, una finca de cría de élite en el condado de Kildare, donde comenzó su labor como semental. Se vendieron participaciones del caballo por un valor estimado de 15 millones de dólares, y se proyectaban ingresos anuales superiores al millón. El caballo estaba en el inicio de su segunda temporada de cría, con 55 yeguas preseleccionadas, cuando fue secuestrado por un grupo armado, apenas horas antes de una gran subasta regional de caballos.

El 8 de febrero de 1983, hombres armados ingresaron a la finca y tomaron al encargado, Jim FitzGerald, como rehén. Tras obligarlo a colaborar, se llevaron al caballo a un destino desconocido. Antes de retirarse, dejaron un mensaje: «Hemos venido a por Shergar. Queremos tres millones de dólares. La clave será rey Neptuno».

Los secuestradores jamás volvieron a comunicarse formalmente. Los accionistas decidieron no pagar el rescate, y la aseguradora Lloyd’s de Londres rechazó también cualquier negociación directa. Se ofreció una recompensa, pero sin éxito.

Sospechas, teorías y ninguna confesión oficial

La policía irlandesa, conocida como Gardaí, inició una investigación a gran escala. Las sospechas recayeron principalmente en el Ejército Republicano Irlandés (IRA), en un momento crítico del conflicto político conocido como The Troubles. Sin embargo, nadie ha sido acusado formalmente del secuestro, ni se ha confirmado la identidad de los responsables.

Años después, el exmilitante del IRA Sean O’Callaghan aseguró haber estado involucrado, pero sus declaraciones presentaban incongruencias y carecían de pruebas verificables. Otras teorías apuntaron hacia la mafia marsellesa y hasta una posible conexión con el crimen organizado de Nueva Orleans, aunque ninguna hipótesis ha sido confirmada por las autoridades.

Un ícono ausente y un legado que perdura de Shergar

El cuerpo de Shergar nunca fue hallado. Se presume que fue ejecutado poco después del secuestro, probablemente para evitar su identificación. En el norte de Irlanda, se cree que fue enterrado en una zona rural controlada por grupos armados, aunque esa versión nunca fue comprobada.

Pese a su trágico final, Shergar se ha convertido en un símbolo del turf internacional. En su honor, desde el año 2000 se celebra en el hipódromo de Ascot la Shergar Cup, una competencia por equipos entre jinetes de distintos países que sigue atrayendo atención mundial.

Impacto cultural y memoria colectiva

El caso ha sido objeto de libros, documentales y dramatizaciones. La historia de Shergar combina éxito deportivo, tragedia y crimen organizado, elementos que han mantenido vivo el interés del público durante más de cuatro décadas.

A pesar de las múltiples investigaciones, Shergar permanece como uno de los mayores misterios sin resolver en la historia del deporte. En Irlanda, donde los caballos son parte de la identidad nacional, su desaparición aún genera emociones encontradas. (10).