Llamado a la unidad fue la clave del triunfo de Lasso, dicen analistas

El nuevo gobierno debe convocar a las fuerzas sociales y políticas a un gran acuerdo nacional, señalan analistas.

En un país polarizado, en el que Guillermo Lasso Mendoza, de la alianza CREO-PSC, es el virtual nuevo Presidente de la República, según los resultados del Consejo Nacional Electoral (CNE), el Gobierno “debe llamar a un gran acuerdo nacional, sin el cual es imposible salir adelante”, sostiene el analista político Simón Pachano.
Recalca la necesidad de que ese acuerdo “sea de largo plazo, no de medidas puntuales; que se redefina el modelo económico y político, un modelo diferente”.

Prioridades. El politólogo Wilmer Suárez coincide en que hay que establecer prioridades frente a la crisis, pero “también es importante construir una agenda legislativa nacional, en la que se sientan representados los distintos bloques, consolidar la segunda fase, que es un plan de gobernabilidad política”.
Dice que el país está polarizado desde hace varios años alrededor de una tendencia que se consolidó en el gobierno de Lenín Moreno, que es la correísta, sin embargo hubo muchos electores que no se sentían representados en principio por ninguno de los dos candidatos, “pero al final hemos visto un gran número de electores que se han decidido”.
Suárez destaca el llamado a la unidad que hizo Lasso, al agregar que “esta elección es atípica porque a otras crisis económicas que hemos tenido, hay que sumarle el miedo a la muerte en esta crisis, el miedo a perder la vida, eso condiciona un poco la democracia; hemos tenido una democracia que ha tenido que convivir con una pandemia, entonces eso genera que un discurso sea un poco más esperanzador, frente a otro discurso político antagónico como el de Arauz (Andrés), que es el candidato impuesto por el expresidente Rafael Correa”.
Sobre los resultados en Manabí, donde el candidato de la alianza UNES ganaba hasta el cierre de esta edición con el 66,21% a Lasso (33,79%), dijo que son dos proyectos antagónicos que reflejan el resultado de Manabí, donde en algún momento Correa encarnó al pueblo y “ese pueblo se convierte en hegemonía, frente a la oligarquía o las élites, eso es la clave del populismo”.
El consultor Santiago Basabe manifiesta que el nuevo gobierno debe ser inclusivo, negociar con varios sectores sociales y políticos, y frente a los resultados virtuales sostiene que “para Arauz, es imposible desmarcarse de Correa”.

Eonomía. El politólogo recalca que la prioridad para el nuevo presidente tiene que ser, primero, superar el COVID-19, no solo por salvar las vidas, sino por salvar también la economía del país; segundo, combatir la pobreza, que ha crecido en más de 2 millones de habitantes y cerca de 800.00 personas tienen problemas alimentarios. En tercer lugar, reactivar lo económico de manera inmediata; y, finalmente, combatir con mano dura y evitar la corrupción en el nuevo gobierno.

Complejidad. Mientras que el analista Alberto Acosta Burneo dice que el desafío es tremendamente complejo. “Tenemos un país con una crisis fiscal, improductivo, con problemas de competitividad y una crisis sanitaria, sumado a un descontento y un pesimismo de la población; hay que sanar las heridas de una población donde ha habido rupturas importantes, donde se ha evidenciado una gran división, entonces el desafío es muy grande”, indica.
Para Acosta, en materia fiscal el nuevo gobierno debe priorizar el gasto, algo que se debió hacer desde hace mucho tiempo.
“Los recursos siempre van a ser escasos, aún en bonanza siguen siendo escasos, y por eso hay que decidir en qué invertirlo, la clave es invertir en el ciudadano: en salud, educación y seguridad”.
Recalca que en el Estado ecuatoriano “hay muchísimo por priorizar y se debe enfocar en lo importante, en lo que le va a cambiar la vida al ciudadano, y por el otro lado no hay que olvidarse de la calidad del gasto; ya no más obras sobredimensionadas, innecesarias o mal hechas, y mucha transparencia, acabar con la corrupción que es un mal endémico de las finanzas públicas”.