Este miércoles 16 de julio de 2025, Manta vivió un momento histórico para su comunidad católica: por primera vez, la Virgen del Carmen, patrona de los pescadores y navegantes, salió en procesión desde el Monasterio de las Hermanas Carmelitas Descalzas en Montecristi.
El acto, cargado de simbolismo y devoción, reunió a unos 200 fieles que acompañaron a la imagen mariana en un recorrido que unió la espiritualidad carmelita con la identidad marinera de Manta.
La procesión comenzó a las seis de la mañana, cuando las puertas del Monasterio de Montecristi se abrieron para dar paso a la Virgen del Carmen.
El Monasterio, hogar de dos hermanas carmelitas y una novicia que lleva dos meses en su proceso de clausura, se convirtió en el punto de partida de esta caminata que recorrió las calles de Manta hasta llegar al espigón donde se celebró una misa solemne.
Procesión recorrió la avenida 113 hasta llegar al malecón
La imagen, venerada como protectora de los hombres y mujeres de mar, fue escoltada por el padre Andrés Drouet, confesor de las hermanas carmelitas, quien lideró el recorrido con una presencia serena y espiritual.
“Es algo que nunca antes se había hecho. La Virgen del Carmen siempre ha sido parte de nuestra identidad, pero que salga desde el Monasterio de Montecristi es un hecho histórico”, comentó Jenny Muentes, devota que participó del evento religioso.
La procesión captó la atención de la comunidad y recorrió la avenida 113 hasta llegar al Malecón de Manta, donde en El Espigón se celebró una misa en la que los pescadores de Manta rindieron homenaje a su patrona con una ofrenda tradicional: redes de pesca y pescados, símbolos de su labor diaria y de su confianza en la protección de la Virgen del Carmen.
Devoción especial para los pescadores de Manta
La devoción a la Virgen del Carmen tiene raíces profundas que se remontan al siglo XII en el Monte Carmelo, Israel, donde la Orden de los Carmelitas fue fundada. Según la tradición, en 1251, la Virgen se apareció a San Simón Stock, entregándole el escapulario carmelita como símbolo de protección. En Manta, esta advocación mariana ha sido especialmente significativa para los pescadores, quienes la invocan como protectora ante las tormentas y los peligros del mar.
Aunque la asistencia de 200 personas puede parecer modesta frente a otras festividades, el evento no pasó desapercibido.
El padre Dalo Luc, vicario zonal “Madre Dolorosa”, dirigió la misa campal en El Espigón, y desde el Yacht Club zarparon 20 embarcaciones, cada una con capacidad para más de 30 personas, abiertas a quienes deseen sumarse a esta histórica procesión marítima.