La hepatitis viral, una enfermedad que puede permanecer sin síntomas durante años, afecta a más de 350 millones de personas en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. En Ecuador, el Ministerio de Salud Pública ha clasificado los tipos B y C como prioridad nacional de salud pública, debido a su alta carga de enfermedad, su evolución crónica y la baja tasa de diagnóstico temprano.
La amenaza invisible para el hígado
La hepatitis es una enfermedad inflamatoria del hígado causada, en la mayoría de los casos, por una infección viral. De acuerdo con datos oficiales, gran parte de quienes viven con hepatitis desconocen su condición, lo que dificulta el tratamiento y favorece la progresión de daños hepáticos graves.
En Ecuador, el Ministerio de Salud ha reforzado campañas de prevención y diagnóstico para detectar casos a tiempo, especialmente en poblaciones de riesgo como personal sanitario, pacientes con enfermedades crónicas y población pediátrica.
Cada 28 de julio se celebra el Día Mundial contra la Hepatitis con el objetivo de visibilizar esta enfermedad silenciosa y promover acciones preventivas en todo el mundo. Esta fecha fue establecida por la OMS en honor al nacimiento del Dr. Baruch Blumberg, descubridor del virus de la hepatitis B.
Cómo cuidarse de la hepatitis viral
Según Paulina Gerka, especialista en medicina interna, el peligro de la hepatitis radica en su carácter asintomático: “El hígado no duele, por eso muchas personas descubren la enfermedad cuando ya está avanzada”.
Una alimentación balanceada puede reducir significativamente el riesgo. Incluir frutas, vegetales, legumbres y proteínas magras en la dieta contribuye a una buena función hepática. En cambio, el consumo excesivo de azúcares, frituras y alimentos ultraprocesados aumenta el riesgo de enfermedades como la esteatosis hepática no alcohólica.
Además, una correcta hidratación y la moderación en el consumo de alcohol ayudan al hígado a eliminar toxinas. Beber agua a diario y evitar bebidas alcohólicas en exceso son hábitos fundamentales para su cuidado.
Prevención y diagnóstico temprano
Otra medida importante es evitar la automedicación. El uso de medicamentos sin prescripción médica, incluidos los “naturales”, puede generar toxicidad hepática. Siempre debe consultarse con un profesional de salud antes de iniciar cualquier tratamiento.
La detección temprana es clave. Controles médicos regulares permiten identificar alteraciones en la función hepática e incluso confirmar la presencia de los virus de hepatitis B o C. Además, las vacunas contra la hepatitis A y B son seguras y efectivas, y están disponibles en el sistema público para grupos prioritarios.
Para Gerka, “la prevención siempre será más efectiva que el tratamiento”. En muchos casos, un simple análisis de sangre basta para cambiar el rumbo de la enfermedad y preservar la salud hepática a largo plazo.
Un llamado a la conciencia para prevenir la hepatitis viral
Cuidar del hígado no requiere medidas extremas. Con pequeños cambios en la rutina diaria, como una dieta equilibrada, actividad física regular, chequeos médicos y una actitud responsable ante la automedicación, se pueden evitar consecuencias graves en el futuro.
El Día Mundial contra la Hepatitis no solo busca informar, sino también impulsar políticas de salud pública que promuevan el acceso a diagnóstico y tratamiento oportuno. Porque aunque la hepatitis es silenciosa, sus efectos pueden ser devastadores si no se detecta a tiempo (21).