Estados Unidos y la Unión Europea han instado a Tailandia y Camboya a poner fin inmediato a las hostilidades tras un violento enfrentamiento en su frontera. Los incidentes han dejado al menos doce muertos y más de 40 heridos. El conflicto se desató este jueves 24 de julio, en la zona disputada de Prasat Ta Muen Thom, un antiguo templo en la frontera. Esto ha escalado tensiones entre ambos países, que se acusan mutuamente de iniciar el fuego.
El intercambio de disparos comenzó cerca de las 7h35 de la mañana, según el ejército tailandés, cuando detectaron un dron y soldados camboyanos en la zona. Tailandia reportó la muerte de once civiles, incluido un niño, y un soldado. También se reportaron 41 heridos. Camboya no ha confirmado víctimas propias, pero afirmó que sus fuerzas respondieron a una agresión tailandesa.
Tailandia y Camboya se señalan mutuamente
Las hostilidades incluyeron ataques aéreos tailandeses con aviones F-16 y el uso de cohetes BM-21 por parte de Camboya, según informes oficiales. El conflicto, que se remonta a un mapa de 1907, se centra en áreas fronterizas no demarcadas, como el templo de Prasat Ta Muen Thom. Las tensiones se intensificaron en mayo tras la muerte de un soldado camboyano en un enfrentamiento, seguido de restricciones comerciales y diplomáticas mutuas.
En Tailandia, la crisis ha generado inestabilidad política, con la suspensión de la primera ministra Paetongtarn Shinawatra. Esto tras una polémica llamada con el líder camboyano Hun Sen. La comunidad internacional ha reaccionado con urgencia. El portavoz del Departamento de Estado de EE. UU., Tommy Pigott, expresó preocupación por el daño a civiles y pidió una resolución pacífica.
La disputa ha desplazado a miles de civiles tailandeses
La Unión Europea también instó a la desescalada, mientras que el primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, ofreció mediar tras conversar con ambos líderes. China, con fuertes lazos económicos en la región, se ha pronunciado a favor del diálogo, aunque su influencia genera inquietud en Bangkok. La disputa ha desplazado a miles de civiles tailandeses y generado temores de una escalada mayor.
En 2011, un conflicto similar dejó 15 muertos y decenas de miles de desplazados. La ONU y la ASEAN han solicitado máxima moderación para evitar una crisis regional.