No hay emergencia sanitaria, el cambio en las vacunas es preventivo
Estos hallazgos motivaron a las agencias reguladoras a buscar alternativas más seguras y a iniciar el proceso de eliminación progresiva del ingrediente.
“La salud pública es nuestra prioridad”, afirmó la doctora Carla Jennings, portavoz del CDC. “Esta medida no significa que las vacunas actuales sean inseguras, sino que queremos adelantarnos a posibles riesgos y asegurar que nuestras vacunas sigan siendo lo más seguras posible. La vacunación continúa siendo la herramienta más eficaz para prevenir enfermedades infecciosas.”
Hay un plazo de 18 meses para el retiro de sustancia
La comunidad médica ha respaldado mayoritariamente la decisión, destacando que refleja un compromiso con la ciencia y la transparencia en la salud pública. “Es una acción responsable que muestra cómo las políticas de salud deben adaptarse a nuevos conocimientos y proteger a los más vulnerables”, señaló el doctor Luis Martínez, infectólogo del Instituto Nacional de Salud.
Sin embargo, algunos grupos antivacunas han aprovechado el anuncio para sembrar dudas sobre la seguridad general de las vacunas, a pesar de que las autoridades insisten en que no hay evidencia que sugiera riesgos significativos asociados a la sustancia ni que justifiquen interrupciones en la vacunación.
El gobierno federal enfatizó que la medida busca no solo mejorar la seguridad, sino también fortalecer la confianza de la población en las campañas de vacunación, que son cruciales para controlar enfermedades como la influenza, el sarampión y la tosferina, entre otras.
“Los avances científicos son constantes, y nuestras políticas deben reflejar esa evolución para garantizar la salud y bienestar de todos”, concluyó la FDA en su comunicado. Por ahora, la vacunación continúa siendo segura, recomendada y fundamental para proteger a la sociedad frente a enfermedades prevenibles.