Un diseño que nació casi por intuición y se transformó en una pieza inolvidable para la moda ecuatoriana. Así podría resumirse la historia del vestido que el diseñador Bryan Bartolomé creó y que fue elegido por Victoria Kjær, Miss Universo 2024, para asistir a la gala de coronación de la Miss Universo Ecuador 2025.
Bryan Bartolomé no imaginaba que una simple visita de Tahiz Panus, directora del Miss Universo Ecuador, marcaría un antes y un después en su carrera. La idea inicial era diseñar un vestido para ella. Sin embargo, mientras Panus observaba los bocetos y las telas, algo captó su atención. “¿No quieres hacer el de la Miss Universo?”, le propuso. En ese instante, la emoción y la responsabilidad se mezclaron: la misión era vestir a la mujer más bella del mundo durante su visita oficial a Ecuador.
La reina danesa, Victoria Kjær, llegó al país como invitada especial para la coronación de la nueva Miss Universo Ecuador, que se eligió el pasado sábado 26 de julio.
Una corazonada de Bartolomé convertida en realidad
Bartolomé siempre sintió que ese diseño tenía un destino especial. “Tenía el presentimiento de que alguien importante lo iba a lucir. Pasé semanas trabajando en él, pegando cristales reales uno por uno sin mostrarlo a nadie”, confesó el diseñador, oriundo de Quevedo y con 32 años de edad.
Cuando llegó el momento de presentar opciones, Bartolomé llevó tres vestidos al hotel donde se hospedaba Miss Universo en Guayaquil. Sin dudarlo, Victoria eligió el diseño más llamativo: un vestido plateado cubierto con miles de cristales que, bajo las luces, parecían diamantes. Solo se requirió un pequeño ajuste en la cintura para que encajara a la perfección.
“Verla salir con mi creación fue un momento increíble. Mi mano temblaba de emoción mientras la grababa”, contó emocionado.
Un proceso hecho a mano y en familia
La creación del vestido fue todo un trabajo de equipo. Bartolomé trabajó junto a su madre, su tía y el resto del taller durante mes y medio, colocando cada cristal cuidadosamente. Incluso hubo que rehacer partes del diseño por contratiempos que surgieron durante el proceso.
“Hasta un día antes de enviarlo seguíamos pegando cristales. Fue un proceso largo, pero siempre sentí que era para alguien impactante”, relató.
Ese esfuerzo tuvo su recompensa: ver a la Miss Universo 2024 brillar en el escenario con un vestido hecho por manos ecuatorianas. Para el diseñador, la prenda no tiene precio y no será vendida; quedará como pieza de exhibición en su showroom, junto a una fotografía de Victoria Kjær usándolo.
El valor de la intuición y el talento local
Bartolomé, que inició su trayectoria hace diez años diseñando ropa para caballeros y hoy es reconocido por sus creaciones para novias, celebra este 2025 su primera década en la moda. Este logro con Miss Universo 2024 representa, para él, una validación de su visión y trabajo.
“Imagina que alguien tan importante elija algo hecho por ti. Fue una felicidad inmensa”, dijo. Su historia demuestra cómo la intuición, combinada con esfuerzo y pasión, puede abrir puertas inesperadas en el escenario internacional.
La mirada de un experto
El asesor de imagen José Hidalgo, quien pudo ver el vestido en vivo, lo describe como una pieza atemporal y elegante: “Es un traje de líneas sencillas, clásico, perfecto para la imagen de Victoria, que tiene un aire de princesa Disney. Lo interesante fue el uso de los cristales, que le dieron un brillo espectacular”.
Aunque Hidalgo señaló que habría adaptado el escote a un corte más contemporáneo, destacó que el vestido era “precioso y destacaba por su artesanía”. En sus palabras, la elección de Victoria fue acertada, pues el diseño reflejaba sofisticación sin perder frescura.
Más allá de la moda, una muestra de Bartolomé
El paso de Victoria Kjær por Ecuador no solo dejó una imagen memorable para el certamen, sino que también marcó un hito para el diseño local. Para Bartolomé, este vestido representa mucho más que un logro profesional: es una muestra del talento ecuatoriano y del valor de seguir la intuición, incluso cuando el destino aún no está claro.
“Sabía que una mujer impactante lo iba a usar”, repite Bartolomé, reafirmando que, a veces, los grandes momentos nacen de un simple presentimiento… y mucho trabajo detrás de escena.