En una acción coordinada entre el Estado y las Fuerzas Armadas, 26 reos fueron trasladados este fin de semana desde cárceles de Guayaquil a otros centros penitenciarios del país. La medida responde a una estrategia para disminuir la operatividad de bandas delictivas que continúan planificando delitos desde el interior del sistema carcelario.
El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de Libertad (SNAI) confirmó el operativo. Este busca debilitar la estructura de grupos criminales que, según las investigaciones, mantenían su accionar delictivo desde la reclusión. Los reos estarían involucrados en la planificación de secuestros y extorsiones, dos de los delitos que han aumentado en el país durante el último año.
«La intención es neutralizar a los cabecillas, reducir su influencia y cortar la cadena de mando criminal dentro del sistema penitenciario», señaló el SNAI a través de un comunicado oficial.
Reos salieron de los centros más peligrosos del país
Los 26 reos trasladados cumplían condenas en la Penitenciaría del Litoral, el Centro de Rehabilitación Social Regional Guayas y el antiguo Centro de Detención Provisional. Los tres están dentro de los puntos más críticos del complejo penitenciario de Guayaquil. Estos centros fueron escenario de motines, fugas y enfrentamientos entre bandas en los últimos años.
Aunque las autoridades no han revelado los nombres ni los destinos de los internos por motivos de seguridad, confirmaron que se trata de individuos con vínculos directos con redes criminales organizadas.
Acción conjunta con Policía y Fuerzas Armadas
El traslado se llevó a cabo bajo estrictas medidas de seguridad y se ejecutó por unidades especializadas de la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas y el Cuerpo de Seguridad y Vigilancia Penitenciaria.
Desde enero de 2024, Ecuador implementa un plan nacional de reforma carcelaria y control interno. Esta medida se tomó luego de declararse en conflicto armado interno ante el aumento de la violencia criminal. Este tipo de operativos son parte de una estrategia de contención y prevención del delito.
El Gobierno ha insistido en que los traslados son necesarios para impedir que los reos cabecillas sigan ejerciendo control sobre sus organizaciones desde la cárcel. Se busca también evitar la concentración de liderazgos delictivos en un solo punto, lo que ha provocado violencia carcelaria en el pasado.
Separa a los reos es parte de un plan de largo alcance
Este movimiento de reos se suma a otras acciones que el Gobierno ecuatoriano ha desplegado como parte de su plan integral de seguridad penitenciaria. Según el SNAI, estas medidas se mantendrán en el tiempo y podrían incluir nuevas redistribuciones, inspecciones y tecnología para monitoreo permanente.
En los últimos meses, el Ejecutivo reforzó los operativos de control en las cárceles, con allanamientos sorpresa. También con el decomiso de objetos prohibidos y auditorías a los sistemas de comunicación que pueden ser utilizados para coordinar actos delictivos desde las celdas.
Contexto: una crisis carcelaria bajo intervención
La situación en el sistema penitenciario ecuatoriano es uno de los puntos más críticos para el Gobierno en los últimos años. Con varias masacres en centros de detención, fugas de alto perfil y la confirmación de estructuras criminales operando desde el interior, el Ejecutivo ha optado por una política de mayor intervención y control.
El traslado de los 26 reos es una nueva señal de que el Estado pretende recuperar el control y evitar que las cárceles sigan siendo centros de operaciones criminales. Aunque los retos son grandes, las autoridades aseguran que la vigilancia se ha intensificado y que no se permitirá que las mafias sigan manejando sus redes desde prisión.
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