El error que pudo causar una guerra nuclear y el hombre que lo evitó

Una falsa alarma nuclear en 1983 puso al mundo al borde de la guerra. La reacción de un oficial soviético cambió el rumbo de la historia.

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4 minutos de lectura
Stanislav Petrov estaba sentado ante su consola mientras sonaban las alarmas: 5 misiles nucleares estadounidenses estaban «en ruta» hacia Rusia. Lo que hizo evitó una guerra nuclear.
Stanislav Petrov estaba sentado ante su consola mientras sonaban las alarmas: 5 misiles nucleares estadounidenses estaban «en ruta» hacia Rusia. Lo que hizo evitó una guerra nuclear.
Stanislav Petrov estaba sentado ante su consola mientras sonaban las alarmas: 5 misiles nucleares estadounidenses estaban «en ruta» hacia Rusia. Lo que hizo evitó una guerra nuclear.
Stanislav Petrov estaba sentado ante su consola mientras sonaban las alarmas: 5 misiles nucleares estadounidenses estaban «en ruta» hacia Rusia. Lo que hizo evitó una guerra nuclear.

Redacción

Redacción ED.

Stanislav Petrov, teniente coronel de las Fuerzas Aéreas de Defensa de la Unión Soviética, evitó una posible Tercera Guerra Mundial la madrugada del 26 de septiembre de 1983, al desobedecer el protocolo militar ante una alerta de ataque nuclear proveniente de los sistemas satelitales soviéticos.

La noche en que la historia pudo cambiar

En un centro de mando subterráneo a las afueras de Moscú, los sistemas de defensa soviéticos detectaron lo que parecía ser el lanzamiento de cinco misiles balísticos desde Estados Unidos. El protocolo exigía informar de inmediato y activar un contraataque nuclear.

Sin embargo, Petrov, oficial de guardia aquella noche, sospechó un fallo técnico. Su experiencia con el sistema Oko de alerta temprana y su conocimiento sobre sus limitaciones lo llevaron a clasificar la alarma como una falsa advertencia. No notificó a sus superiores ni activó respuesta alguna.

Con el paso de los minutos, no se detectó ningún impacto ni se confirmó ningún lanzamiento real. La decisión de Petrov fue correcta: los satélites habían confundido un reflejo solar sobre nubes altas con un ataque nuclear.

Dudas, análisis y experiencia técnica

Petrov basó su decisión en diversos factores. El principal: un ataque real probablemente no consistiría en solo cinco misiles. Un ataque nuclear sorpresa de Estados Unidos, en plena Guerra Fría, habría sido masivo, destinado a inutilizar completamente la infraestructura soviética.

Además, los radares terrestres no confirmaron ninguna amenaza, y el tiempo de reacción de los satélites fue sospechosamente corto. El sistema debía filtrar múltiples fases antes de generar una alerta, pero esta se activó de inmediato, algo que a Petrov le pareció técnicamente inverosímil.

El teniente coronel decidió entonces esperar una confirmación secundaria, que nunca llegó. Según las investigaciones posteriores, la falsa alarma fue provocada por un inusual reflejo solar captado por los sensores ópticos satelitales.

Consecuencias internas y silencio oficial

A pesar de haber evitado una tragedia, Petrov fue amonestado por no seguir el protocolo. El general Yuri Votintsev, comandante de las Unidades de Defensa Balística, reconoció que su decisión había sido adecuada, pero criticó la omisión del reporte inmediato.

El caso permaneció clasificado durante años. No fue hasta después de la caída de la URSS, en los años 90, cuando el propio Votintsev lo reveló. Petrov nunca recibió un reconocimiento oficial en vida por parte del gobierno soviético o ruso. El oficial fue retirado del área de defensa estratégica y reasignado a un cargo de menor relevancia antes de ser dado de baja anticipadamente.

El riesgo de una guerra por una orden equivocada

Petrov confesó más tarde que temía que, si comunicaba la alerta, el entonces líder soviético Yuri Andropov, profundamente desconfiado de Occidente, ordenaría un contraataque inmediato. El oficial también afirmó que si otro colega hubiera estado en su lugar, el resultado podría haber sido diferente, dada la rígida adhesión al protocolo de muchos mandos militares.

La decisión de Petrov fue, en palabras de expertos, uno de los actos individuales más importantes en la prevención de un conflicto nuclear accidental.

Un legado reconocido fuera de Rusia

Aunque su historia permaneció en el anonimato durante décadas, fue rescatada en 2013 por el documental “The Man Who Saved the World”, que expuso al público internacional el riesgo que el mundo corrió aquella madrugada.

Stanislav Petrov murió el 19 de mayo de 2017 en un pequeño pueblo cerca de Moscú. Su fallecimiento fue reportado varios meses después.  Organismos internacionales, periodistas y figuras del ámbito diplomático han calificado su decisión como clave para evitar un desastre nuclear, aunque en su país sigue siendo una figura prácticamente desconocida.

Contexto: un mundo al borde de la guerra

El incidente se produjo en uno de los momentos de mayor tensión entre Estados Unidos y la URSS desde la Crisis de los Misiles de Cuba en 1962. En 1983, el ejercicio militar estadounidense Able Archer fue interpretado por los soviéticos como un posible preludio a un ataque real.  La creación del sistema de alerta soviético Oko en los años 70 tenía como objetivo anticipar ataques desde Occidente. Sin embargo, su implementación presentó fallos técnicos críticos, como el evidenciado aquella noche. (10).

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