La sangría es una bebida a base de vino, frutas y especias que se ha convertido en la favorita de miles de personas alrededor del mundo, para compartir momentos sociales y refrescarse.
La sangría tiene sus raíces en la Península Ibérica, con registros que datan del siglo XV. Su nombre deriva del término español “sangre”, por el color rojo característico del vino tinto usado tradicionalmente.
La sangría ha cambiado con el paso del tiempo
Inicialmente, era una mezcla de vino diluido con agua, frutas y especias, consumida por campesinos para hidratarse. Con el tiempo, se popularizó en España y se extendió a América Latina durante la colonización. En 1800, la sangría comenzó a servirse en tabernas y fiestas, consolidándose como bebida social.
En 1964, durante la Feria Mundial de Nueva York, la sangría se presentó oficialmente al público estadounidense, impulsando su fama global. Hoy, existen variantes como la sangría blanca (con vino blanco) o la sangría de cava (con vino espumoso), adaptadas a diferentes gustos.
Cómo preparar una versión clásica
Para elaborar una sangría tradicional se necesitan: 1 litro de vino tinto (preferiblemente joven, como Tempranillo), 200 ml de soda o gaseosa, 100 ml de licor (como brandy o Cointreau), 2 naranjas, 1 limón, 1 melocotón, 1 manzana, 50 g de azúcar y canela en rama.
Luego sigue este paso a paso:
- Corta las frutas en trozos pequeños y colócalas en una jarra.
- Añade el azúcar, el licor y el vino; mezcla hasta disolver el azúcar.
- Deja reposar en el refrigerador durante 2-4 horas para que los sabores se integren.
- Antes de servir, agrega la soda y hielo a tu gusto.
Tradiciones y acompañamientos para la sangría
La sangría se consume tradicionalmente en el verano europeo, durante fiestas como la Feria de Sevilla o San Fermín, servida en jarras grandes para compartir. En España, se acompaña con tapas como patatas bravas, jamón ibérico o croquetas. En eventos familiares, es común servirla con paella o carnes a la parrilla.
Mientras que en América Latina, especialmente en México y Argentina, se adapta con frutas locales como mango o maracuyá y se marida con antojitos o asados. La bebida debe servirse fría, entre 6-8 °C, para resaltar su sabor refrescante.
Consejos para una bebida perfecta
Usa ingredientes frescos y evita vinos de baja calidad, ya que afectan el sabor final. No excedas el tiempo de maceración para prevenir que las frutas se deshagan. Para una versión sin alcohol, sustituye el vino por jugo de uva y omite el licor.
La sangría es versátil y permite experimentar con frutas de temporada o licores diferentes, siempre respetando el equilibrio entre dulzura y acidez. Atrévete a preparar esta deliciosa bebida y sorprende a tus amigos y familia.