Freddy Solórzano

Redacción ED.

Freddy Solórzano

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Primero subió a un escenario y creyó que era su lugar. Fue hermoso mientras duró. Dejó el teatro... Ver más

Primero subió a un escenario y creyó que era su lugar. Fue hermoso mientras duró. Dejó el teatro por la Facultad de Jurisprudencia, hasta que descubrió que ser abogado no era lo suyo. No terminó la carrera. Entonces anduvo, buscó y dudó, hasta que abrió la puerta del periodismo. Y ahí sí encontró su lugar: pisando las calles y recogiendo historias para contar. Algunas de ellas están en su libro “A cuatro pasos de la muerte”.

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El “Gato” dejó de tomar fotos cuando los celulares acabaron con su oficio. A sus 75 años, recorre la playa El Murciélago vendiendo bronceadores, con la cámara guardada y la nostalgia a cuestas.
Porfirio Rubirosa fue mucho más que un playboy: diplomático, piloto, corredor y seductor. Casado con millonarias, amante de actrices y amigo de reyes, su carisma abrió puertas en un mundo de poder y glamour.
El presidente Gustavo Petro pasó dos días en completo hermetismo en una casa frente al mar en Manta. Aunque afirmó que estuvo escribiendo su libro, el silencio sobre su agenda desató rumores y especulaciones.
Berta Singerman, célebre declamadora, visitó Manta en 1937 como turista y regresó en 1955 como artista consagrada. Su arte de la palabra viva dejó una huella.
El “Gato” dejó de tomar fotos cuando los celulares acabaron con su oficio. A sus 75 años, recorre la playa El Murciélago vendiendo bronceadores, con la cámara guardada y la nostalgia a cuestas.
Porfirio Rubirosa fue mucho más que un playboy: diplomático, piloto, corredor y seductor. Casado con millonarias, amante de actrices y amigo de reyes, su carisma abrió puertas en un mundo de poder y glamour.
El presidente Gustavo Petro pasó dos días en completo hermetismo en una casa frente al mar en Manta. Aunque afirmó que estuvo escribiendo su libro, el silencio sobre su agenda desató rumores y especulaciones.
Berta Singerman, célebre declamadora, visitó Manta en 1937 como turista y regresó en 1955 como artista consagrada. Su arte de la palabra viva dejó una huella.

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